LXVIII

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Casi toda la comunidad estaba en el pequeño cementerio de Alexandria despidiendo a Ronda. Dakota estaba junto a Daryl a un costado del montón de tierra, la niña lloraba desconsolada aún con la carta que le había escrito su madre antes de cometer el peor error y estupidez de su vida. Algunas personas se veían bastante afectadas, se habían hecho amigos de ella y lamentaban el descenso de esta. Tú no podías dejar de pensar en su confesión, en la maldita mierda que te dijo antes de morir. No podías creer lo basura que pudo ser, la terrible mentira que montó durante todo este tiempo. No podías creer cómo le creíste, cómo confiaste en ella. Estar ahí te hacía hervir la sangre, si todos supieran la clase de mujer que fue ninguno estaría ahí y nadie derramaría una maldita lágrima por ella.

Estabas detrás de Daryl junto a los niños, tú querías salir de allí porque estabas aburrida de toda esta mierda de ceremonia. La verdad es que también habían otras cosas en tu cabeza y que querías sacarlas de una vez, intentar desarmar el nudo de pensamientos negativos hacia Ronda. Le haces una señal a Carol para que mire a Juliet y a Daniel, ella te mira extrañada, pero solo haces un ademán con tu mano para indicar que era algo sin importancia. Sales del grupo y te diriges hacia la casa de la rubia y su hija.

Rápidamente subes hasta el segundo piso, entras a la habitación de Ronda y pones seguro de inmediato. Miras todo con detención, luego tu mirada se fija en el velador junto a la cama. Te acercas hasta el lugar, abres el cajón y te encuentras con una papel amarillo doblado, similar al que tenía Dakota en sus manos hace un rato. Tú lo sacas de inmediado y lo desdoblas para verificar su contenido.

«Daryl...

Te escribo esta carta porque no tengo cara para decirte la verdad de frente, decirte algo tan miserable y tan hiriente como lo que hice. Yo te quiero mucho, más bien te amo y siempre ha sido así. Te lo he dicho, pero sé que nunca ha sido correspondido y nunca lo será. Te amo desde que te vi en el bar de mi hermano, te amo desde que acariciaste mi mejilla y me dijiste que no dejarías que él volviera a golpearme.

¿Cómo pude hacerlo? ¿cómo pude mentirle al amor de mi vida?... Me iré al infierno por lo mismo, Daryl. Me iré a la mierda que me merezco realmente.

Esa noche fue especial para mí, pude tenerte cerca nuevamente. Pude sentir tu calor, tu perfume... tu presencia, pero eras de otra. Las tristeza de no estar con el amor de tu vida lo vi desde que te reconocí en ese oscuro lugar, tus ojos hermosos se volvieron negros y supe de inmediato que ella te había dejado. Pensé que yo podría quitarte esa pena, pero no dejaste de decir su nombre. No hicimos nada, todo fue un montaje ese día. Nada pasó, por más que yo quisiera, no me querías.

Al momento cuando ustedes me encontraron en la prisión, creo que era la misma imbécil de siempre. Estaba intentando ser mejor por mi hija, pero... cuando los vi juntos, me di cuenta de lo injusto de todo, y volvió a salir lo malo de mí. No quiero justificarme, pero al momento de decir aquella dolorosa mentira, jamás pensé lo que íbamos a formar. Pensé que a la primera me dejarían abandonada, que iban a expulsarme... pensé que jamás lograría integrarme y no fue así. Me arrepiento... me arrepiento porque formé algo bonito con ustedes... una familia... pero desde la mentira.

Dakota no es tu hija, Daryl. Lo siento, de verdad soy un desastre. Soy una basura... una verdadera mierda. Me voy a morir y no quiero irme sin decir esa verdad.

Lo siento.

También perdón para _____... pude descubrir lo maravillosa que es el amor de tu vida, entiendo por qué la elegiste. Sigue amándola como la amas. Ella se lo merece.

Ronda»

Arrugas el papel y maldices por lo bajo. Maldita idiota que te dejó con esta mochila sobre tus hombros.

Squirrel ~ [ Daryl Dixon y tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora