Squirrel ~ [ Daryl Dixon y tú ]

LVII

Han pasado tres meses desde que la prisión cayó. Surgir de nuevo, establecerse en un lugar, ha sido díficil e incluso hasta imposible. Ronda y Dakota siguen contigo, después de todo han sido buenas compañeras en esta travesía de sobrevivir. La relación con Ronda es mucho mejor, quizás ha sido por pasar tanto tiempo juntas o quizás el no tener a nadie más, pero esta aventura las ha hecho conocer otro lado de la otra persona. Aunque a veces es inevitable no discutir con ella e insultarla cuando se lo merece, después de todo como no tienen a nadie más, solucionan las diferencias y siguen la vida. Dakota comienza a acostumbrarse a eso, ya no le asustan tanto las peleas como al inicio de este viaje.

Han tenido que cambiar de hogar más de diez veces, cada vez se alejan más del centro de la ciudad y van más hacia la costa. El destino las ha llevado hasta allá, ustedes solo se desplazan según lo que va ocurriendo. Cuando llegan a una nueva casa o cabaña, saben que es solo por un tiempo. Tienen sus pertenecias siempre en mochilas y bolsos en caso de que haya que huir, aunque ya no pueden correr como en el primer mes, ya que tu embarazo está bastante avanzado.

Debes tener cerca de cinco o seis meses, cada día es algo nuevo en esto de ser una futura madre. Ronda te aconseja, te guía un poco en las cosas que sientes y te prepara de a poco para ese gran día que pareciera que se acerca rápidamente. Además te ayuda a juntar cosas para cuando él o ella llegue, de a poco han hecho una maleta con cosas para el bebé. Aún sientes extraño esto, jamás te imaginaste así. Verte al espejo es sumamente raro, tu vientre es muy evidente y el bebé de hace un tiempo se mueve sin parar, lo que muchas veces te perturba porque te reafirma que es verdad y que está ahí, que pronto serás mamá. La más emocionada por esto obviamente es Dakota, ama tomar tu vientre y sentir los movimientos del bebé.

Hace poco comenzaba la primavera y el tiempo mejoró bastante rápido, lo que era muy bueno para ustedes, ya que pasaron los últimos dos meses inquietas y alertas ante cualquier amenaza que se presentara durante el invierno. No estaban acostumbradas a mantenerse en una sola casa, eso era casi imposible según la experiencia que ganaron durante el último tiempo, y tenían miedo de que tuvieran que escapar en pleno invierno. La nieve hacía muy díficil huir rápido por la carretera, era muy riesgoso. Además, el frío y el riesgo de enfermar por los cambios de temperaturo hacía que más miedo tuvieran. Rogaban, tú creías que Ronda hasta rezaba en las noches, para pasar invictas durante esa temporada díficil.

Era un nuevo día, Dakota y Ronda estaban de pie preparando el desayuno, tú recién despertabas y salía de la habitación. En el último mes el sueño ha cambiado bastante para ti, pasas durmiendo durante el día, parecías un oso hibernando. Ellas apenas escuchan tus pasos, giran a verte. 

ㅡ Buenos días, tía ____ ㅡ dice Dakota en lengua de señas acercándose a ti y abrazándote. Como todas las mañanas, ella soba tu vientre ㅡ. Hola, hermanito.

ㅡ ¿Por qué insistes en que es niño?

ㅡ No lo sé ㅡ responde también con señas. Ronda y Dakota han aprendido tu lengua para comunicarse contigo, ya que el audífono hace mucho que ya no funciona porque no has podido cargarlo.

ㅡ ¿Por qué tan feliz hoy? ¿acaso hay buenas noticias? ¿tu mamá no quemó las tostadas hoy?

ㅡ Oh, basta ㅡ reclama Ronda y te pone tu desayuno frente tuyo.

ㅡ Gracias.

ㅡ De nada, perra.

ㅡ Mamá ㅡ la reprende su hija y ella sigue haciendo lo suyo. Tú solo ríes leve y comienzas a comer del desayuno. La rubia pone el plato de su hija y luego el suyo, te das cuenta que la porción para las dos es menor que la tuya.

ㅡ ¿Por qué me dan más a mí?

ㅡ ¿De verdad quieres que te lo diga? ㅡ mira tu vientre y luego mira a su hija ㅡ. Y eso que es doctora.