LXIV

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Otro día, otra mañana. El silencio reinaba en la casa, ideal para ustedes después de la terrible noche que tuvieron con los niños. Daryl y tú dormían en la misma habitación, con la cortina cerrada para mantener oscuro el cuarto y así no abrir sus ojos hasta que sus cuerpos dijeran que ya estaba bien. Necesitaban descansar, ya no podían más con este cansancio.

Abraham ayubada a Carol y a Ronda a cuidar a Juliet y Daniel en el primer piso, donde habían otros también ayudándolos a ustedes porque sentían compasión por lo que tuvieron que vivir el día anterior; realmente la llegada de Danny fue un caos.

El sargento Abraham Ford, uno de los nuevos junto a Rosita, Eugene y Gabriel, era un tipo bastante rudo y de apariencia fuerte, pero eso cambiaba cuando estaba con los niños. Simplemente era una dulzura y bastante comprometido con ellos. Después de la borrachera de anoche le dio arrepentimiento por lo que hizo y quiso remendar un poco la situación, por eso ayudaba a tu madre y a tu amiga en el cuidado de los bebés.

Era cerca del medio día cuando tú al fin abres los ojos. Te mueves en la cama, sientes un terrible dolor en la espalda y te quejas por ello. En eso Daryl suspira y también se mueve, lamentas despertarlo, pero el dolor que sentías en el cuerpo era simplemente horrible. Te levantas y vas junto a la ventana, haces a un lado la cortina y ves que la comunidad ya está en movimiento. Ves el reloj y caes recién en lo tarde que es.

ㅡ Mierda... los niños, les toca la leche ㅡ susurras y vas dirección al baño. Te quitas toda la ropa, vas a la ducha y das el agua para que se entibie un poco. Vas dirección al espejo, ves tu cara de muerta y luego vas a bañarte. Primero dejas que el agua corra por tu cabeza y rostro, para luego empezar a mover tus manos sobre tu cuerpo.

Estabas de lo más bien cuando de pronto la cortina se corre y su figura aparece. Te asustas un poco, piensas que fue muy brusca su aparición, pero no te deja reaccionar a ello, porque toma tu rostro y te besa apasionadamente. Los dos quedan bajo el agua tibia que humedece de inmediato sus cuerpos, ustedes no dejan de besarse y utilizar las manos para recorrer el cuerpo del otro como hace mucho tiempo no hacían.

Daryl te acorrala en la muralla, toma tu pierna y la deja junto a su cadera. Acerca su torso contra el tuyo, puedes sentir lo emocionado que está por volver a encontrarse de esa forma. Tú comienzas a besar su cuello, tocar su pecho y vuelves a su boca para morder levemente su labio inferior. Pasas tu mano por sus cabellos para despejar su rostro, ves la intensidad de su mirada y sientes el mismo fuego que lo quema a él en tu parte baja. Vuelven a besarse apasionadamente, pero dura poco. Él se separa brusco de tí, dejándote perpleja..

La puerta suena, se escuchan dos golpes suaves contra la puerta de la habitación. Daryl es quien lo percibe, tú no tienes el audífono por lo que no lo escuchas. Lo miras un tanto confundida, él te da una mirada apenada y te dice a través de lengua de señas que han golpeado, que al parecer es por los niños. Él va nuevamente hasta el agua y refriega rápidamente su cuerpo. Sale del lugar y ves como se seca y se viste rápidamente. Tú cierras la cortina, cortas el agua caliente y dejas que solo el agua fría corra por tu cuerpo. Debías calmar lo que estabas sintiendo en estos momentos.

ㅡ ¿Acaso no podemos tener un poco de la vida antigua maldita sea? ㅡ suspiras frustrada. Sigues con tu baño para luego ir con los niños, debías acostumbrarte a este tipo de interrupciones.

*

Abraham te entrega a Juliet, tú la tomas y la saludas como tanto le gusta. Te sientas en unos de los sillones y comienzas a darle la leche. El pelirrojo de inmediato desvía su mirada y luce un poco incómodo.

ㅡ ¿Quieres que me tape? ㅡ preguntas divertida.

ㅡ M-m... n-no, está bien.

ㅡ Solo le doy alimento a mi hija.

Squirrel ~ [ Daryl Dixon y tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora