Squirrel ~ [ Daryl Dixon y tú ]

XLII

Tú vas adelante caminando lentamente, mientras el Gobernador va en tu espalda apuntándote directamente en la nuca. Llegan hasta uno de los calabozos, en el lugar se encuentra Jacob muy mal herido. Su rostro está entre rojo y morado, su labio sangra sin parar y sostiene su costado izquierdo como si le hubieran dado un gran golpe. En ese momento supiste que el Gobernador sabía todo y ustedes cuatro estaban en grandes problemas.

El joven abre la puerta y permite que Philip y tú ingresen al lugar. Cuando subes la mirada te encuentras con la peor imagen que te podrías encontrar. Si a Jacob lo describías como mal herido, no existía calificativo alguno que alcanzara para describir el estado de Daryl. Su rostro estaba deformado de lo hinchado que estaba; había sangre por todas partes, su labio estaba roto, sus ojo derecho totalmente morado, sus cejas y mejillas estaban hinchadas. Apenas podía sostenerse erguido, estaba apoyado contra la muralla para eso. Su brazo también tenía sangre, se veía que había sido golpeado por todos lados. La sensación que te recorrió te dejó helada, no pudiste dar ningún paso más. Querías correr, querías ir con él y tratar de ayudarlo, pero no podías. Estabas congelada ahí, viendo como tu amado intentaba seguir respirando.

Él, al reconocerte apenas, sonríe levemente, pero esta desaparece rápidamente y comienza a llorar. Ese fue el click en tu corazón y cabeza, no pudiste más. Si él lloraba, tú también lo hacías. Tu mentón tembló y sueltas un fuerte sollozo, bajas la mirada, pero Philip se encarga de tomar tu cabeza y levantarla para que veas otra vez a Dixon. Tu esposo en ese momento se altera, intenta avanzar, pero cae rápida y fuertemente al piso. Jadea, su respiración es agitada y pesada, y sus sollozos aún continúan.

ㅡ ¿Creías que podrías salirte con la tuya?

ㅡ ¿Qué quieres de nosotros?

ㅡ ¿Dónde se quedan?

ㅡ No tenemos nada que quieras o envidias, hace poco murieron cuatro de nosotros.

ㅡ ¿¡Dónde mierda se quedan!?

ㅡ ¡No voy a decirte! ㅡ gritas a más no poder. Lloras desconsolada en aquel instante ㅡ. Estás enfermo, te juro que estás enfermo.

ㅡ ¿Dónde se quedan?

ㅡ Oh, pedazo de mierda, ¿acaso no me entiendes? ¡no voy a decirte nada, nunca sabrás dónde nos quedamos! ㅡ él te toma del cuello y te asfixia levemente. Intentas defenderte golpéandolo con tus manos, pero él con un fuerte cachetazo te tira al suelo.

ㅡ ¡Déjala en paz! ㅡ grita Dixon como puede, sigue intentando arrastrarse, pero ya no puede ya que sus esposas no se lo permiten ㅡ. ¡Te voy a matar! ¡te juro que te voy a matar!

ㅡ No estás en condiciones de amenazarme ㅡ él te recoge del suelo rápidamente, tú un poco aturdida te levantas y sigues sus movimientos. Te tira contra una mesa, toma tus muñecas y las esposa rápidamente. En ese momento es cuando sus manos van hacia tu blusa y saca todos los botones con solo un tirón. Tú gritas y te retuerces, pero él rápidamente puede dominarte.

ㅡ ¡Déjala en paz! ㅡ suplica Dixon ㅡ. ¡Mátame, pero no te atrevas a tocarla!

ㅡ ¿Dónde se quedan? ㅡ vuelve a insistir él. Lleva nuevamente su mano a tu cuello y con la otra se dedica a manosearte. Cada vez que intentas resistirte a sus tocaciones, él aprieta de tu cuello dejándote sin aire.

ㅡ No le digas ㅡ intentas gritar tú, pero él vuelve a dejarte sin aire. No sigues intentando resistirte a lo que te hacía, te iba a dejarse sin voz y sin respiración ㅡ. No le digas...

ㅡ Suéltala... por favor...

ㅡ ¿¡Dónde se quedan?! ㅡ Daryl no dice nada. Baja su mirada al suelo, tira con fuerzas sus manos para salirse del lugar al cual está esposado, pero lo único que logra es dañarse sus muñecas. Grita del dolor y la impotencia, sigue intentando salirse, pero no puede. En ese momento el Gobernador desabrocha tu pantalón y sientes como sus húmedos, cálidos y asquerosos dedos bajan por tu vientre hasta tu parte íntima. Justo en aquel momento es cuando Dixon levanta su mirada y tan solo verlo sintió que algo cambió en él, algo que hace mucho no sentía... exactamente desde cuando quiso matar a su padre en el cementerio.