XXVI

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Pasaron tres semanas desde que tuvieron que escapar de la granja y desde que quedaron a la deriva. Estaba cerca de llegar el invierno, el frío y las primeras nevadas comenzaban a confirmarlo. Lo peor de todo es que no encontraban lugar seguro para quedarse, iban como nómades de casa en casa para pasar las noches de frío terrible. Los caminantes cada vez eran más, los lugares menos seguros y más invadidos por estas bestias. Los alimentos escasean, los ánimos no están bien y el grupo cada vez se debilitaba. Rick intentaba mantener al grupo unido, de liderar la situación lo mejor posible, pero a veces simplemente era imposible. Los roces, los conflictos internos, las diferencias de opiniones y tantas otras variables que simplemente hacían que los tiempos fueran terribles.

Era un nuevo día, para ser precisos era veintiuno de diciembre. Lo sabías porque Sophia se encargaba siempre de decir qué día era, llevaba la cuenta desde el primer día porque no quería olvidar su maldito cumpleaños. Hoy era ese día, el mismo en que era oficial la llegada del solsticio de invierno. No había parado de transmitirlo durante los últimos días. Pensaste en hacerle algo como a ti te lo hicieron hace casi un mes atrás, pero todos los planes se arruinaban porque estaban arrancando de una horda o estaban muriendo de hambre o frío, que simplemente mencionar algo así pensabas que te matarían o te dirían algo malo.

Esa niña era insoportable, hablaba sin parar y siempre andaba en busca tuyo lo que te hacía perder la cabeza muchas veces, pero no creías que era justo que su día, aquel que deseaba demasiado hace tantos días, fuera así; triste, frío y solitario. Que no tuviera ni siquiera una vela para pedir un deseo y apagarla después del canto. Que ni siquiera tuviera un regalo para abrir. No podías permitirlo, te rompía el corazón solo pensarlo. Esa niña no se merecía aquello, no después de todo lo que ha vivido. 

Despertaste temprano, ya había amanecido cuando decidiste levantarte. Daryl dormía plácidamente después de una apasionada noche, aunque estos encuentros cada vez eran más escasos al estar en espacios reducidos. Afortunadamente ahora se encontraban en una casa con varias habitaciones que hasta el momento era segura. Estabas vistiéndote y preparando las armas para poder salir cuando él despertó y arruinó todos tus planes.

ㅡ ¿Dónde va tan temprano, señorita? ㅡ sonríes por lo bajo y giras para verlo.

ㅡ Quiero ir a una tienda que vi en el mapa.

ㅡ ¿Para qué? ㅡ te acercas hasta donde se encuentra y te sientas en la cama improvisada que armaron.

ㅡ Pienso buscar cosas para hacerle un cumpleaños a Sophia ㅡ susurras. Él sonríe maliciosamente ㅡ. ¿Qué?

ㅡ Quién te vió y quién te ve ahora, Rabbit.

ㅡ Es una niña.

ㅡ ¿No que era una niña tonta?

ㅡ Sigue siéndolo, pero sabes que está emocionada por esto y por navidad. Ya la vida es una mierda, ¿pero por qué los niños tienen que pagarlo también?

ㅡ Está bien, Rabbit ㅡ toma tu mano y la acaricia ㅡ. Está muy bien.

ㅡ Gracias.

ㅡ Pero no irás sola.

ㅡ Daryl, me estoy tomando el medicamento-

ㅡ Pero aún así a veces te mareas. Tampoco te quiero dejar sola, no después de lo de Shane ㅡ suspiras fastidiada ㅡ. No te enojes, Rabbit. Sabes que-

ㅡ Lo sé, lo sé. Solo que estaba acostumbrada a ser más autónoma, a no depender de otros... a hacer las cosas yo sola, pero está bien ㅡ asientes ㅡ. Levántate rápido, te espero afuera ㅡ él de un movimiento se sienta y se pone de pie. Tú sales de la habitación y vas hasta el punto en que le dijiste que lo esperararías. No querías que Sophia te viera y te preguntara mil veces dónde irías.

Squirrel ~ [ Daryl Dixon y tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora