Cincuenta y uno.

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Ed Sheeran & Justin Bieber - I Don't Care.





Algo me estaba molestando, me quejé apartándolo de mi cara pero volví a sentirlo segundos después. Mi mano golpeó algo, más bien alguien, y escuché una maldición venir desde algún lado pero lo ignoré. Me giré para seguir durmiendo.

–Yoonie, tenemos que salir pronto hacia el aeropuerto. Debemos estar a las nueve y media, no podemos hacer esperar a las personas.

–Mmmhm...

–Dormilona, levántate. –Sentí su cuerpo sobre el mío y como dejaba besos en mi cuello, así como estaba haciendolo segundos antes por un lado de mi cara, para que terminara de despertar.

–Tae... –Me quejé, quedando boca arriba y él rápidamente me quitó la colcha de encima, y no me quedó de otra que abrir los ojos.

–Me golpeaste.

–Me despertaste.

–¿Acaso no quieres viajar?

–Claro que quiero –dije con mi voz algo ronca, de pronto me atacó un bostezo– Sólo tengo sueño, llegué en la madrugada. –Me fijé en él que se sentó encima de mis piernas, tenía ropa de salir y su cabello estaba un poco húmedo señal de que recién había tomado una ducha.

–Así me dijo Woon, yo también tengo sueño pero podemos dormir en el camino. ¡Ahora levántese, señorita! –Aplaudió y se levantó, tomándome de los brazos para dejarme sentada. –Iré a servirte el desayuno mientras te preparas. –Dejó un beso en mis labios mientras me restregaba un ojo aún adormilada, y procedió a salir de nuestra habitación.

Salí de la cama directamente al baño, antes vi la hora en mi celular, faltaban diez minutos para que se hicieran las ocho de la mañana. Sólo había dormido como cuatro horas pero no me quejaba porque lo que estaba preparando en el estudio estaba quedando genial. Cuando llegué a casa Tae estaba dormido y ni siquiera sintió cuando me acosté a su lado, él también estuvo trabajando muy fuerte.

Ya se cumplía un mes desde que salí del Centro. Me tomó dos días volver al estudio, no iba a aguantarme más necesitaba dejar fluir mis ideas y volver a la rutina que tenía antes de que todo fuera mal. El señor Yang recibió mis informes en los que decía que podía volver a mis actividades, él estaba un poco reacio a esto pero me conocía y sabía lo terca que yo podía ser. En un principio todos parecían tratarme con cuidado o tener un ojo en mi, incluyendo a Taehyung, lo cual agradecía pero también llegué a sentirme muy incómoda. Entendía su preocupación, aún así les pedí que me trataran con normalidad.

Tae y yo tardamos en organizarnos para el viaje porque entre su agenda con los chicos y la mía fue un poco difícil encontrar un tiempo libre. Nos iríamos sólo dos semanas, aún así me parecía suficiente.

Nuestra agenda en conjunto seguía cancelada en gran parte, sólo ofrecimos algunas entrevistas. Yo había estado preparando mi comeback y el álbum ya estaba casi terminado, era la primera vez que uno me tomaba mucho menos tiempo que los anteriores. Cabe destacar que una de las canciones fue un regalo de Yoongi hyung, nos reunimos un día y me regaló una de las tantas canciones que tenía guardadas. Me sentí muy afortunada y agradecida por esto, además que también tenía una canción con él, Nam y Hoseok.

Me sentía muy bien volviendo a hacer lo que me apasionaba, hasta podría decir que el sentimiento era diferente pero mucho mejor. Había recibido mucho amor y apoyo en este tiempo.

El día que hice una publicación después de varias semanas ausente, fui completamente sincera y eso se hizo una gran noticia. Los portales no tuvieron una primicia esta vez, porque yo misma revelé la verdad de donde estaba, así frenando las especulaciones y distintos rumores que llegaron a surgir después de que saliera el comunicado. Aunque mi objetivo no fue ese, sino más bien tranquilizar a Star y que supieran que estaba mucho mejor, también para darle ánimos a cualquiera que estuviese pasando por algo parecido y que se dieran cuenta que no todo estaba perdido. Además de eso para que el resto de las personas entendieran que a esos que ven en televisión, en fotos sonriendo muy felices o sobre un escenario dando todo de sí, también tenían problemas y la pasaban mal, que al final de cuentas también éramos seres humanos.

Spotlight. |KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora