Cincuenta y tres.

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The Temptations - My Girl.






Regulaba mi respiración mientras hacía sentadillas. A pesar de estar de vacaciones, cuando me levantaba temprano comenzaba mi día con ejercicios. Taehyung a veces me acompañaba, como hoy, pero ahora que lo veía a través del espejo que se encontraba a un lado, él estaba como idiotizado viéndome, más bien a mi trasero en especifico. Ni me di cuenta cuando había dejado de estar a mi lado y se sentó en la cama, sólo para mirarme.

Me quité los auriculares y me giré hacia él, quien de inmediato centró su vista en mi cara con expresión inocente.

–Casi se te salen los ojos. –Bufé.

–Como que si no te gustara que te mirara. –Sonrió pícaro.

–No... –alzó una ceja– bueno, si. –Reí por lo bajo. –Como sea, iré a darme una ducha.

–¿Puedo acompañarte? –Se levantó de la cama y pasó sus brazos por mi cintura.

–No.

–¿Segura?

–Si... –Atrapó mis labios antes de que pudiera decir algo más, me pegó a él a pesar de que ambos estábamos sudados y pegajosos. Mis manos fueron subiendo por su torso descubierto, hasta llegar a su cuello mientras nuestras bocas se buscaban una a la otra en un ritmo un poquito intenso.

Estaba completamente inmersa en el beso, cuando se separó de repente. Nuestras respiraciones siendo igual de irregulares, pero él tenía una sonrisita de suficiencia y yo lo miraba confundida e irritada también. Había cortado todo el rollo.

–Ya puedes ir a ducharte. Sola. –Pronunció con un tono calmado y volvió a sentarse.

Entorné los ojos y tomé su mano haciendo que se pusiera de pie de nuevo, así que lo jalé cruzando toda la habitación hasta entrar al baño. Su risa de victoria no se hizo esperar, de todas maneras no me iba a aguantar. Él sabía que hacer para que no me negara a sus pedidos.












Terminé de colocarme un traje de baño color azúl, de dos piezas. Tae me había comprado varios, porque no quería que sospechara a que tipo de lugares iríamos y no me pidió que empacara alguno, por suerte todos me quedaron perfecto.

Después de que nos ducharamos, almorzamos y nos quedamos dormidos por casi toda la tarde. Viajar era divertido, pero también algo agotador.

Ahora mismo estábamos en Las Maldivas, nuestra última parada, habíamos llegado ayer y no podía estar más enamorada de este lugar. Era un destino muy romántico y un total paraíso. Nunca imaginé que vendríamos, ver en persona el mar de distintas tonalidades de azúl era muchísimo más impresionante que por fotos. Anteriormente estuvimos en Indonesia, específicamente en Bali, y antes de eso en Londres, París y Roma. Yo había visitado Londres, París y Bali, hace un tiempo pero ahora fue muy distinto porque estaba con Tae y no era un viaje por trabajo. La experiencia de ir a Roma nunca lo olvidaríamos y yo definitivamente volvería a visitarla, también me gustaría ir a otras ciudades de Italia. 

Habíamos hecho muchas cosas y visitado lugares muy hermosos. En estas ciudades fuimos al menos a un museo o galería de arte, pasamos por sitios históricos, comimos en restaurantes donde preparaban comida deliciosa. La verdad es que casi no nos quedábamos en el hotel porque nos gustaba salir hacia cualquier parte, no teníamos mucho tiempo así que queríamos hacer distintas actividades y conocer lo más posible. En Bali, nos hospedamos súper cerca de la playa, recorrimos algunas calles de esa hermosa isla, hicimos esnorquel, también saltamos en paracaídas. Nunca creí atreverme a hacerlo pero reuní valentía y lo hice, Tae terminó de convencerme. Sentir ese tipo de adrenalina fue increíble, no me arrepentía para nada.

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