Cuarenta y siete.

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Noah Cyrus & MAX - Team.
(Es hermosa)





–Hyung ya debe estar por venir ¿no? –Cuestionó, Alex a mi lado. Ambos estábamos caminando por el pasillo en dirección al salón de pintura.

–No sé a qué hora llegue exactamente. –Me encogí de hombros y enredé su brazo con el mío.

–¿Crees que se lo tome bien?

–Espero que si.

–Todo saldrá bien, noona.

Alcé un poco la cabeza, por la diferencia de altura, para ver cómo me regalaba una sonrisa tranquilizadora.

Alex era un chico muy dulce de dieciocho años, era muy alto y en sus facciones se notaba la mezcla de nacionalidades; por su madre coreana y su padre latino. Nos habíamos vuelto cercanos en mi primera semana aquí cuando se me acercó tímidamente en el almuerzo para decirme lo mucho que me admiraba y yo no dudé en entablar una conversación con él, en primera diciéndole que parecía un actor por lo guapo que era. Sus orejas se habían puesto tan rojas que fue muy gracioso.

Él no me juzgó por verme allí y no trató de hacerme preguntas al respecto, con los días pudimos hablar con más confianza.

Su historia era un poco triste, pero al mismo tiempo podía decirse que inspiradora. Él ingresó al Centro por un intento de suicidio, sufría de depresión y ya había pasado por la misma situación dos veces antes. Él creía que la tercera vez podría lograr su deseo de desaparecer de este mundo y justo lo trató de hacer el día de su cumpleaños amarrándose una soga al cuello, por fortuna sus padres llegaron a tiempo para poder evitar su muerte, según me contó fue un milagro que no sufriera ningún daño en su cerebro.

Alex había sufrido de acoso durante toda su vida, principalmente en la escuela por ser el "niño raro". El bullying se hizo más constante cuando entró a la secundaria, una persona comenzó a correr el rumor de que a él le gustaban los chicos y eso ocasionó que se volviera aún más solitario, recibiendo burlas y agresiones, porque si era verdad el rumor que se corría por los pasillos de su escuela, pero nadie debería ser juzgado por sus preferencias sexuales. A raíz de esto, comenzó a autolesionarse casi todos los días porque decía que sentía asco de sí mismo y era una manera de drenar el dolor. Los pensamientos suicidas se hicieron más fuertes con el tiempo, él realmente quiso morir porque no soportaba el juicio y los señalamientos de las demás personas.

Llevaba un poco más de un mes internado, y aunque no la había tenido fácil, luchaba cada día por mejorar. Por eso tenía una cuidadora que era Jennie, ya que había tenido varias recaídas en su tiempo internado. Lo bueno es que contaba con el apoyo de sus padres que lo amaban tal cual era, y ahora tenía el mío.

Siempre estábamos juntos, aquí no había formado un lazo con otra persona como con él porque de alguna manera pude sentirme identificada. Desde el primer momento que supe por todo lo que pasó quise meterlo en una burbuja de cristal, le había tomado mucho cariño. Era como un hermano menor para mi.

Alex me había contado que llegó a encontrar confort en Bangtan, él decía que cuando escuchaba sus canciones o veía sus vídeos se transportaba a otro mundo donde nadie lo señalaba con el dedo y estaba agradecido porque los chicos le habían sacado muchas sonrisas en sus momentos de oscuridad. Luego cuando surgió el rumor de citas entre Tae y yo, él se había interesado por mi y mi música, hasta que se hizo fan también y encontró el mismo confort en mi. Que me lo dijera se sintió bien, me recordó el propósito que tenía desde que debuté.

Tae era su favorito, y por supuesto yo quise que conociera a las personas que tanto admiraba, ver cómo se le iluminaron los ojos al conocer a los chicos fue algo muy lindo de presenciar. A ellos les dio mucho gusto conocerlo y quisieron hacerle un obsequio. Lloró de felicidad cuando sus padres le mostraron fotos de todo lo que llegó a su casa por parte de Big Hit, los chicos enviaron una gran caja con varios de sus álbumes dentro y mercancía oficial, todo tenía dedicatorias personales y autógrafos por parte de ellos.

Spotlight. |KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora