Cuarenta y seis.

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DAY6 - Hurt Road.









Recogí mis pinturas acomodandolas sobre el escritorio a un lado de mi cama, Alex vendría a buscarme en cualquier momento para ir a cenar y podía ser muy impaciente.

Ya estaba por cumplir un mes internada y había sido una experiencia que me ha marcado de muchas maneras; he llorado, he reído, he tenido miedo y me he dado cuenta de muchas cosas, también aprendido y entendido otras.

La primera semana fue difícil porque estaba alejada de todo lo que conocía y tenía que convivir con personas nuevas, no era lo mismo que conocer a mis fans. Aquí se hacía más evidente que cada uno libraba sus propias batallas.

Algunas personas llegaron a reconocerme y eso en parte fue una de mis preocupaciones al decidir internarme, por parte del personal recibiría el mismo trato que los demás y yo estaba bien con eso, pero no quería incomodar a otros pacientes o ganarme la atención de todos. De todos modos esas personas que sabían quién era yo, me trataban con normalidad y lo agradecía enormemente, varios de ellos llegaron a contarme su historia y del por qué estaban aquí. Podía ser muy aterrador el como la mente te manejaba de una manera que el resto de tu cuerpo sólo era una cáscara vacía sucumbiendo a impulsos, como en mi caso y en el de esas personas con quienes hablé. Habían pacientes que necesitaban estar vigilados las veinticuatro horas al día, tenían sus propios enfermeros o cuidadores que estaban con ellos a cada momento.

Mis padres venían cada que podían, así como Woon, Changmin, el señor Yang, Jiyeon y por supuesto Tae. Me alegraba mucho cada vez que los veía a todos y sabía que ellos tenían esperanzas en que estar aquí me ayudara. Este Centro tenía un acuerdo de confidencialidad, la prensa no sabía que yo estaba aquí, tampoco era como si me molestara que se supiera, pero por el momento no quería que fuera así.

Los chicos vinieron a verme todos juntos una vez, pero tuvieron que ser muy cuidadosos, ahora no lo hacían al mismo tiempo, ya que no querían causar un alboroto porque podían perjudicar a otros pacientes, habían chicos jóvenes que podrían reconocerlos. Hasta el momento no habían sido reconocidos, exceptuando a Alex y parte del personal.

Hace un par de días había venido Jungkook con Jiyeon. Juntos. Si, yo también me sorprendí, pero al parecer desde que estuve en el hospital ellos se hicieron cercanos y yo no perdí mi tiempo en molestarlos. Fue gracioso ver cómo el menor se sonrojó cuando bromeé  diciendo que le gustaban las noonas, aunque Jiyeon quiso salir del paso y decir que sólo se habían hecho buenos amigos. Claro, y yo había sido invitada a la Casa Azul para cantarle al Presidente y a la Primera Dama. Ah no, esperen, eso sí pasó... El punto es que JungJi no podía mentirme a mi, hasta ya le tenía un nombre para el shipp, es que los dos eran muy evidentes; suponía que así de tontos nos vimos Tae y yo reprimiendo nuestros sentimientos mutuos.

Por cierto, le pedí expresamente que molestara mucho a Jungkookie por mi.

Con quién más hablaba por teléfono, es decir, por la línea de contacto con familiares, era con mis padres, Tae y Woon, ellos se preocuparon al principio por si yo me iba a aburrir o algo así, pero la verdad es que no. Nunca creí que me sentiría tan bien al estar lejos de mi móvil.

El Centro brindaba muchas actividades terapéuticas. Habían clubes de lectura, de música, de manualidades, de pintura, de yoga, entre otros. Y todos teníamos horarios, a parte de las terapias individuales, nos podíamos apuntar a los clubes que quisiéramos. Cabe destacar que yo en un principio me rehusé a entrar en el de música, simplemente no quería estar ahí.

Spotlight. |KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora