Veintidós.

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Decidí no dejar que los comentarios maliciosos siguieran afectándome, habían cosas más importantes en las que enfocarme. Aunque Tae notó que aquél día cuando salimos yo estuve un poco desanimada al llegar a casa, y supuso que había sido por eso, por lo que me pidió que no les prestara atención. Me dijo que subió la foto porque le pareció que quedó muy linda, no porque fuera parte de lo que teníamos que hacer como pareja. Y el que lo aclarara me hizo sentir extraña.

Él y yo habíamos ido a ver a sus padres, días atrás, yo me sentí un poco nerviosa por conocerlos, creo que cualquiera se sentiría así por conocer a los suegros aún si fuera una farsa, aunque eso agregaba más presión a la situación. La madre de Tae era un amor, era una mujer muy dulce y carismática, su padre fue muy amable y noté el gran parecido que tenía Tae con él, tenían la misma sonrisa cuadrada, cuando fuera mayor definitivamente sería igual a su padre. No conocí a sus hermanos porque ellos estudian en Japón, así que venían sólo por vacaciones o en fechas especiales.

El rato que estuvimos con ellos fue muy agradable y esperaba seguir viéndolos. Tae parecía muy feliz de que nos llevásemos bien. Él me había dicho que sus padres estuvieron molestos por el escándalo, por haberse expuesto tanto, lo que no sabían era que su bebé tampoco es que fuera un angelito.







Estaba preparando algo por mi cumpleaños, había pasado algunos días armando una coreografía para hacer un vídeo y subirlo el día después de mi cumpleaños, sería una sorpresa para Star ya que ellos extrañaban verme bailar. Sol, una de las bailarinas de la empresa, me había ayudado. Ella y yo solíamos grabar vídeos de baile en nuestros tiempos libres.

Tae había venido conmigo a la empresa, quiso acompañarme y yo no me negué. Caminábamos por los pasillos hacia uno de los salones de prácticas.

–Una carrera hasta el salón –señalé la puerta al final del largo pasillo. Él me miró con una ceja alzada ya que lo había dicho de la nada, interrumpiendo sus autocumplidos por haber derrotado a unas armys en un juego online. –Quién pierda compra helados.

–¿No nos van a regañar?

–Cuando Yang se entere ya será muy tarde. –Me encogí de hombros.

–Bien, cuenta. –Ahora me miró retador.

–Uno... dos... tres. –Lo empujé antes de salir corriendo, escuché una queja de su parte pero seguí corriendo.

El pasillo estaba vacío pero de pronto apareció JiSeun, un hombre de limpieza. Tae tuvo que esquivarlo y volteé por un segundo para ver cómo se disculpaba con varias reverencias. Llegué delante de la puerta del salón y me giré justo cuando Tae llegaba frente a mi.

–Compras los helados. –Le di un toque en el pecho.

–Hubiese ganado yo, y lo sabes. –Se cruzó de brazos.

–Tenemos un mal perdedor por aquí. –Canturreé. Él soltó una risa y me despeinó con una mano.

–Párate allá para tomarte una foto. –Apuntó hacia la pared que estaba en el otro pasillo a la derecha.

–¿Por qué siempre me tomas fotos? ¿No serás un pervertido Kim Taehyung? –Lo miré suspicaz.

–Si lo fuera te tomara fotos mientras te bañas o mientras duermes.

Al escuchar eso sentí mis mejillas enrojecer y él, al darse cuenta, soltó una fuerte carcajada.

–Ve. –Dejó de reír, tomándome por los hombros y haciendo que caminara con él hasta donde me dijo.

Quedé delante de la pared y él sacó su celular, comencé a hacer poses con aegyo y otras muy exageradas, él se reía mientras tomaba las fotos. Algunas personas pasaron de largo por el pasillo, mientras nos miraban divertidos. La verdad es que no me daba pena actuar así delante de Tae.

Spotlight. |KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora