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Treinta y tres.

Taehyung

El día anterior estuve con Yoonie hasta que sus padres la llamaron, no me importó hablar con ellos, quienes estaban muy confundidos con respecto a todo lo que pasaba, pero entre los dos tratamos de explicarles y decirles que todo se arreglaría, aún si Yoonie no supiera exactamente lo que yo planeaba hacer. Creí conveniente hablar con sus padres porque no quería que pensaran mal de mi, aunque tenían todo el derecho y si se enteraban de todo lo que su hija ha soportado por mi culpa, obviamente me querrían lejos de ella. Por suerte se calmaron y comprendieron la situación.

Luego de eso yo me fui dándole privacidad para que continuaran con su conversación, y al estar en mi habitación hablé con Sejin y le conté todo, si, todo lo que yo había hecho con detalles, obviamente le pedí que no le dijera nada al señor Bang, pero no me escapé de una reprimenda de media hora. Le conté cual era mi plan con respecto al asunto con Sunhee y no estuvo de acuerdo en un principio pero insistí y lo convencí. Así que él arregló todo para que pudiéramos reunirnos con ella.

En la noche Yoonie cenó primero que yo, ya que estuve hablando con Sejin, ella y yo no hablamos mucho después porque dijo estar cansada por andar en bicicleta y se encerró en su habitación. Me sentí tan molesto de que Sunhee hubiese arruinado nuestro día, pero ya me las pagaría.

Por la mañana, Woon vino a casa para ver a Yoonie y yo simplemente me despedí de ambos cuando llegó Sejin.

Big Hit tenía varios edificios y recientemente la oficina principal se había mudado a uno nuevo, pero el anterior aún seguía funcional y allí nos reuniríamos con Sunhee, nos aseguraríamos de que no hiciera otra de las suyas, por lo que pasaría por un protocolo de seguridad ya que era alguien ajeno a la empresa. Creí que no aceptaría la reunión pero por suerte lo hizo, quizás creía que yo le iba a rogar o algo parecido, o le pediría algo que tuviera que ver con nuestra relación. A este punto pensaba cualquier cosa sobre ella.

Sejin y yo llegamos a una oficina, nos sentamos en unas sillas que estaban ahí junto a un escritorio y no tuvimos que esperar mucho cuando Sunhee entró en ésta guiada por uno de los empleados. Llevaba un vestido ceñido a su cuerpo, su cabello recogido en una coleta y un maquillaje muy elaborado, como si estuviera en una pasarela. Aún así ya no causaba absolutamente nada en mi.

No pasé por alto su expresión de sorpresa al darse cuenta de que no estaba solo, Sejin le indicó que se sentara frente a nosotros, hizo una reverencia y me miró con una gran sonrisa, pero yo ni me inmuté.

–Hola, cariño. ¿Para que me pediste que viniera? –Apoyó el mentón en sus manos, su escote era algo revelador y se inclinó más a propósito, aunque pasé esto por alto. Sabía lo que estaba tratando de hacer y no le importaba que mi manager estuviese aquí también.

–¿Por qué tienes que mentir tanto? Tu sabías muy bien que lo nuestro no era algo serio, lo hablamos –empecé, controlando mi enojo para no alzar la voz de más, aunque su actitud descarada no me agradaba para nada– Y no sólo me refiero a lo de aquella entrevista sino a lo que le enviaste a Yoonie también.

–Deja de mentir tú, prácticamente ella se metió entre nosotros y...

–¡No teníamos nada serio, joder! –la interrumpí– además tú te alejaste cuando se supo lo que tuvimos ¿o no lo recuerdas? Pareces estar obsesionada conmigo y eres una mentirosa de mierda.

–Tae. –Sejin me palmeó el brazo para que me calmara.

–La engañaste conmigo ¿o no lo recuerdas? –Utilizó las mismas palabras. Miró a Sejin buscando alguna reacción, pero al no encontrarla volvió la atención hacia mi.