Treinta y dos.

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Taehyung decidió que sería buena idea aprovechar el día e ir a andar en bici, él estaba haciendo todo lo posible por animarme y me parecía lindo de su parte. El día anterior pude distraerme luego de haber leído todos esos comentarios malos, gracias a los chicos y sus locuras mientras grababan.

Pude olvidarme por un instante al ver a Tae riendo junto a sus hyungs, hasta creí que estaba siendo más gracioso de lo normal sólo para verme reír junto al staff.

Hoy casi se me tiró encima mientras dormía, me despertó diciendo que iríamos a pasear en bicicletas, no caí en cuenta hasta que estuvimos en el auto, que ya estaba completamente despierta, porque los minutos previos solo estaba moviéndome casi como un robot. No había dormido mucho pero tampoco rechazaría la oferta.

Desayunábamos mientras el conducía. Iríamos a un lugar poco transitado a dónde él había ido un par de veces con amigos, y en ese mismo lugar se alquilaban las bicicletas. Claro, que de igual forma nos acompañaban personas de seguridad.

Estuvimos un buen rato andando, disfrutando del paisaje, de la naturaleza y del clima. Hacía mucho tiempo que no usaba una bicicleta y creí olvidar como se manejaba pero agarré el hilo rápido.

–Tu eres una de las mejores bailarinas de esta generación, todos lo dicen.

Tae y yo estábamos hablando, tirados sobre la grama uno al lado del otro, habíamos puesto nuestros suéters debajo para que no nos molestara en la piel. El cielo estaba muy azul, sólo con algunas nubes y la brisa fresca era relajante.

–Algunos dijeron al principio que fue cuestión de suerte el éxito que tuve, quizás tienen razón, pero lo que no saben es que también me costó ser tomada en cuenta muchas veces.

–Yoonie, si fue cuestión de suerte o no, no importa porque trabajaste para lograr lo que eres hoy, luchaste para hacerte paso en una industria tan competitiva –llevó un brazo detrás de su cabeza– muchos debutan, hablan de ellos por algunas semanas o meses y luego quedan en el olvido, lo que hace la diferencia es como te desenvuelves, el esfuerzo que haces, como te reinventas en cada comeback y el que la compañía te respalde siempre es muy importante. Seguiste a pesar de las críticas y de los que decían que no lo lograrías o que quedarías en el olvido. Mis compañeros y yo trabajamos muy duro y seguimos haciéndolo a pesar de todo y quizás si tuvimos suerte en algo, fue el de tener personas que nos apoyaran tanto, en tantos aspectos.

–Ustedes han pasado por muchas dificultades, pero supieron seguir a pesar de todo lo que se les fue encima, persistieron por sus sueños y por eso son tan admirados por todos, porque inspiran, además del talento que poseen, es obvio que obtendrían el cariño de muchas personas. Se han ganado lo que tienen porque lo merecen.

–Como tu. Tu también mereces todo lo bueno que tienes, que nadie te haga pensar lo contrario.

Giró su cabeza para verme con una de sus sonrisas cuadradas, y yo igualé su gesto.

En ese momento no tuve dudas, caí de lleno en una realidad que me negué a aceptar incontables veces.

Me gustaba, Kim Taehyung.

A pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros, mis sentimientos han ido creciendo y creciendo, tanto que fue imposible frenarlo. Y era un problema, porque él no sentía lo mismo, estaba acostumbrado a tener atención de las chicas, a ser un coqueto de primera, a no tener compromisos con nadie. ¿Por qué cambiaría por mi? Además de eso, sólo estábamos juntos por un contrato que cuando se lograra el objetivo, cada quien se ocuparía de su vida y de su carrera.

Estaba jodida.

Paseamos un rato, y yo de a momentos me quedaba hundida en mis pensamientos, en lo que acababa de aceptar. Era muy difícil estar en esta posición ahora.












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