Nuevo Bando [Reescritura]

Capítulo 19

¡Hola, mis queridos!

¿Cómo se encuentran? 

Capítulos unidos: 36 37 - Total de palabras: 2250, sin nota final ni de inicio. 

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Diciembre 25. 1993.
Mansión Malfoy.
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Al haber crecido en el mundo muggle, conociendo sus costumbres y viendo como los demás recibían regalos de navidad mientras ellos no lo hacía - uno por no ser querido en el orfanato, el otro porque sus tíos lo despreciaban - hizo que Thomas y Harry nunca despreciarán un regalo, incluso si se trataba de uno pequeño.

Sin embargo, ambos estaban de acuerdo en rechazar un regalo si este incluía hechizos que atan la voluntad, que los volvía leales al director. Estaban más tentados a tirarlos a lo más profundo del Averno - o quemarlo en las fraguas del bango Gringotts, el fuego era mejor solución a la mayoría de problemas -. 

En el caso de Harry, el regalo del director no fue el único con hechizos. El regalo de Hermione y los regalos de los Weasley - no de los gemelos, no de Percy y no de los dos mayores que aún no conoce - estaban llenos de hechizos de confianza, de lealtad, para que él los siguiera sin hacer preguntas y para que desconfiara de su familia.

Harry se encontró algo herido, pero mayormente enojado y lo único que evito que comenzara a destrozar las cosas de la sala fue el abrazo de su padrino y de Severus. En otro sofá, al ver la sonrisa pequeña que adorna el rostro de su amigo/abuelo, Thomas sabe que esto no quedaría impune. Él conoce bastante bien a Abraxas, incluso con los años que dejaron de verse, y se alegra de saber que aún lo puede leer como un libro abierto.

Muchos pueden decir que cuando un Malfoy tiene un rostro indiferente o un ceño fruncido es la señal que están planeando algo. Que equivocados. Los Malfoy siempre tendrán un rostro indiferente cuando están en presencia de alguien que no es de la familia.

A un Malfoy se le debe temer cuando sonríen. Esa sonrisa oculta sus oscuros pensamientos de tortura hacía los enemigos. Abraxas torturaba con una sonrisa.

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Diciembre 31. 1993.
Mansión Longbottom.
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Habían elegido reunirse en la mansión Longbottom. Una de las razones era para hablar sobre la recuperación de Frank y Alice, para evitar que el director tuviera la oportunidad de utilizarlos. La otra era por si Molly o el director quisieran saber si Percy y los gemelos habían estado en un hogar oscuro - porque incluso si no practican complemente la magia oscuro, había muchos más objetos de esa categoría en la mansión Malfoy que en la mansión Longbottom -.

Thomas jamás admitirá - ni siquiera por tortura, o por los ojos de cachorro de alguno de sus hermanos - que las sonrisas y las miradas maniática que los gemelos Weasley le envían lo están asustado. Claro que no. Aún tiene un poco de orgullo para evitar hacerlo.

No los puede culpa. Su  amado pelirrojo les habrá dicho que están comprometidos y los gemelos solo querrán saber si él es serio en sus intenciones. Los gemelos solo querían la felicidad de Percy. Thomas haría lo mismo. Amenazaría, torturaría y asesinaría - esto último seguro que no, Draco le dará esa mirada de decepción y eso es algo que Thomas no quiere - a cualquier idiota que se acerque de más a sus hermanos.

Sirius y Remus son realmente crueles, piensa Thomas, cuando los dos merodeadores comienzan a hablar y a intercambiar ideas de bromas con los gemelos. Ideas que seguramente utilizarán en Hogwarts.

Lucius sonrió de manera burlona ante la crisis del recuerdo. Era realmente divertido verlo temblar cada vez que los gemelos sonreían en su dirección. Lo más gracioso del asunto fue que Percy no se daba cuenta que su prometido sería asesinado por sus hermanos menores.