Capítulo 50

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¡Hola, mis queridos lectores~! ¿Cómo se encuentran? Espero que bien~

¡Atención! No se asusten si un día no publico el viernes a la noche - sábado antes de la 1am -, lo publicaré el sábado a la tarde o a la noche. Esto es porque a veces me cuelgo - ya sea escribiendo esta historia, leyendo otra cosa, jugando o por hacer la tarea - y no puedo terminar de escribir el capitulo los viernes...
Seguiré intentando avisar una semana antes sino un día no puedo publicar por exámenes o por otra cosa. 
¡Espero que lo sepan entender!


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Junio 23, 1995.
Hogwarts.
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El ambiente en Hogwarts aún era muy animado, ni siquiera los exámenes hacían que los alumnos dejaran de sentirse felices y orgullosos. Se podía ver a los Hufflepuff con gran sonrisas en sus rostros y portando con orgullo los colores de su casa. 

Sin embargo, se podría decir que hay estudiantes que no están felices incluso si Hogwarts fue el campeón. Algunos son de Slytherin que, incluso con los cambios que han estado sucediendo, tienen arraigado en ellos la creencia que la casa verde y plata es superior mientras que la amarilla y negra era la inferior, una que no debería de existir. No exponen sus dudas, sabiendo que esto solo los haría volverse el enemigo de los demás. 

Una creencia, por tonta que fuera, siempre sería verdad para aquellos que crecieron escuchándola una y otra vez. Si no hay alguien que te diga que esa creencia esta mal, seguirás creyendo que es cierta. Cuando este arraigado en tu corazón, será difícil tratar de entender porque los otros dicen que estas equivocado.  

Quizás sea por eso que Ronald Weasley sea una de las personas que se siente molesto después de la euforia. Sintió que debió haber sido un estudiante de Gryffindor quien participara en el Torneo, quien ganara. 

Él creció en una casa donde se hablaba de lo grandioso que era la casa Gryffindor, de la valentía de grandes figuras que se hicieron un nombre en la historia y habían pertenecido a la casa roja y dorada. Había conocido a Albus Dumbledore y el poder que poseía, cuando salían podía escuchar a otros hablar del director. Él deseaba llegar a ser tan poderoso como el hombre.

Escucho de las hazañas de Harry Potter, de como aún siendo un bebe pudo derrotar al Lord Oscuro. Su adoración por su proeza se consumió con las llamas de la codicia. Su deseo de ser su amigo se corrompió a medida que el director hablaba de la riqueza que los Potter, de las casas y negocios que poseía. Una parte de él, encerrada y encadenada muy dentro suyo, se angustia por sus pensamientos al saber que esta haciendo las cosas mal.

A Ron no le importa, no cuando su madre susurra tentadoras palabras en su oído o cuando el director le dice que esta haciendo lo correcto y que algún día llegara a lo alto.

Es difícil romper una creencia cuando una persona en quien confías te sigue diciendo que es verdad, aún cuando el mundo esta en su contra con las pruebas en sus manos.

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Jardín

-- ¡Recuerden enviar cartas! -- Liam mira a sus súbdit- pequeños amigos con seriedad --. 

El sueco, el búlgaro, los Slytherin y los Gryffindor estaban en uno de los patios de Hogwarts, cerca del Lago Negro donde el barco de Durmstrang estaba realizando los últimos preparativos para regresar al Instituto esa misma noche. 

Si bien a Liam le hubiese encantado pasar mas tiempo con sus nuevos amigos, estaba aliviado de poder alejarse del lugar... no, más bien de esa persona. Muchos podrían no notarlo, pero él creció con su tío y noto lo tenso, lo nervioso, lo asustado que estaba cada vez que Dumbledore estaba cerca.

Nuevo Bando [Reescritura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora