Nuevo Bando [Reescritura]

Capítulo 67

¡Hola, mis queridos lectores❤! 

Perdonen la tardanza~ 

¡Qué lo disfruten!

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Noviembre 30. 1995.
Hogwarts.
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Despacho de director

Fawkes es tan viejo como Hogwarts, se puede decir que ha visto como el colegio se fundo desde cero. Lo pueden considerar como un ser inmortal, debido a que cada vez que muere, renace de sus cenizas. Solo pueden morir para siempre si deciden hacerlo o si se unen a un humano, a veces solo quedan en un estado de hibernación por años antes de decidir nacer y volver a recorrer el mundo. 

Fawkes aún recuerda cuando fue encontrado por la amable Helga, quien curo sus heridas y le permitió irse sin pedirle nada a cambió, ni siquiera sus lágrimas. Eso lo confundió y por meses observo la construcción del lugar, como trajeron a los alumnos poco a poco y el lugar se lleno de vida. 

Decidió quedarse en el lugar, le gustaba observar los hermosos brillos que desprendían los alumnos, era como ver cientos de estrellas en un solo lugar. Los fundadores le permitieron quedarse, con la simple condición de que guíe a sus herederos y a los directores cuando sea necesario. Era una tarea simple para Fawkes, sobre todo porque no estaba atado al colegio y podía marcharse cuando lo deseaba. 

En ese momento, Fawkes miro con tristeza el paisaje que mostraba la ventana y agito sus alas. Han pasado años desde que pudo volar libremente. La última vez que viajo fue durante los años donde Dippet fue el director, regresando meses antes de que se retirara. 

Había notado algo raro en el sucesor que eligió el director Dippet, pero no presto atención debido a que estaba enfocado en su día ardiente, el momento más vulnerable de su vida. Esto se debía a que la vida del fénix llegaba al final de su etapa, las llamas rodeaban por un tiempo a la criatura. No era un proceso doloroso, sino suave y cálido, hasta que se vuelva ceniza.

Ceniza que rápidamente forma el huevo, con las llamas aún llameando para darle calor. Puede dudar días o semanas, e incluso años razón por la cual el fénix busca un lugar escondido donde protegerse. Fawkes pasaba su día ardiente en Hogwarts, el lugar más seguro para él. 

Hasta ese día.      

Para alguien que dice en publico que desprecia los hechizos y rituales oscuros, Dumbledore los ha utilizado durante los años para lograr sus sus propósitos. El odio y el desprecio siguen ardiendo en el corazón de Fawkes, hirviendo con la misma intensidad con la que ardió desde que despertó unido al hombre mediante un ritual oscuro. 

Fawkes ha visto la mayoría de las atrocidades que se han cometido en esta oficina, sin poder hacer nada para evitarlo. El ritual lo ataba a Dumbledore, a sus ordenes y caprichos. Su comunicación con Hogwarts también estaba bloqueada, a pesar que el colegio ha recobrado la mayor parte de sus fuerzas.

El fénix agita sus alas, aún mirando por la ventada desde su nido e inclina su cabeza. Si su pico pudiera forma una sonrisa, lo haría. Lo poco que logrado percibir de su unión con Hogwarts, le hace saber que pronto Dumbledore - nunca director, jamás a sus ojos, un insulto a los valores que la amable Helga, la independiente Rowena, el imprudente Godric y el astuto Salazar, esperaba que tuvieran sus sucesores - pagará por todo. 

Se pregunta si también podrían liberarlo a él, quitarles las cadenas que lo atan al hombre.

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Diciembre 8. 1995.
Hogwarts.
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Sala de profesores 

Dolores Umbridge eligió esa tarde no presentarse a ninguna clase. Estaba en la sala de profesores, realizando el informe de la semana que ha presenciado. No esta sola en el lugar. El profesor Snape corrige en silencio algunos trabajos de sus alumnos, a su lado estaba el profesor Damián Bacher-Jones con un libro en sus manos y cada cierto tiempo preguntaba algo en voz baja que era respondido por el pocionero. A diferencia de la primera vez, no le sorprendió. La herbología y las pociones estaban ligadas entre si, que no era extraño que los profesores de tales materias deban de hablar.