Capítulo 37

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En Estocolmo, Suecia, los Holmberg se encontraban en su residencia familiar, Hilda preparaba el desayuno, Arvid veía "Kara Sevda" por enésima vez en su laptop e Ingrid revisaba sus redes sociales.

¿Por qué oppa no me respondió? ¿Estará muy ocupado? Tal vez, pero asumo que no cocinando, sino haciendo otras cosas con mi querido cuñado, lo llamará más tarde entonces. Pensó la adolescente, encogiéndose de hombros.

De pronto, recibió una llamada de su nuevo novio, Jakob, no dudó en responderle con una sonrisa de oreja a oreja.

—Buenos días, mi amor.

—Buenos días, preciosa. ¿Cómo estás?

—Aburrida, Mattias no ha respondido mis mensajes, quería molestarlo un poco—soltó un suspiro—, me hace mucha falta, extraño nuestras peleas, también su comida y cuando me recogía de la escuela. Además, ya quiero que lo conozcas.

—¿Crees que me considere bueno para ti?

—Oh, vamos, no temas de mi hermano, podrá ser un poco exagerado cuando se trata de protegerme de otros chicos, pero ustedes se llevarán bien, lo presiento.

—Ojalá tengas razón, al menos le agrado a tus padres, eso es un buen comienzo para nuestra relación.

—Es cierto—asintió Ingrid—, cambiando de tema, estoy nerviosa, falta un mes para la competencia nacional de natación, no puedo creer que el tiempo pase volando. No sé si lograré impresionar a los jueces.

—Por supuesto que lo harás, Ingrid. De todas las nadadoras que conozco, estás a un nivel increíblemente superior, verás que tendrás un lugar en nuestro equipo olímpico.

—¿En serio crees eso?

—Desde luego, nena.

—Gracias, Jakob...espera, ¿qué quisiste decir con eso de "todas las nadadoras que conozco"? ¿Acaso te ves con otras chicas a mis espaldas? —sin previo aviso, Ingrid se tornó celosa.

—No, no, no, ¿por qué dices eso, bebé? Déjame explicarte...

Jakob se encontró en un pequeño aprieto, tenía que encontrar la forma de apagar la flama de celos que se prendió en su novia con tal de no complicar las cosas.

—¿Saliste con alguna nadadora y no me lo has contado? Se supone que en una relación tiene que haber honestidad respecto a todo, sin secretos.

—¿Entonces me dejarás leer tu diario?

—¡Jamás! Oye, no cambies el tema, ¿saliste con una nadadora antes que yo, sí o no?

—No, nena, eres la primera novia que tengo, cuando dije eso me refería a aquellas que conocí a lo largo de las prácticas de natación, pero sólo eran amigas, no tuve nada con nadie antes de lo nuestro.

Ingrid soltó una pequeña risita, apenada por haberse comportado así con Jakob.

—Entiendo, cariño, lo siento.

—¡Ingrid, el desayuno está listo!—exclamó Hilda Holmberg desde el primer piso.

—¡Ya voy, mamá! Tengo que irme, bebé, adiós.

—Adiós preciosa.

Cuando colgaron, Ingrid escondió su rostro en las almohadas de su cama, estaba demasiado avergonzada de haber actuado cómo una novia loca, celosa y tóxica con su inocente chico.

¿Por qué demonios hice eso? Que me trague la Tierra y me escupa fuera de la Vía Láctea, ni siquiera en Marte, que sea lo suficientemente lejos como para no volver, tengo que compensar a Jakob por desatar mis celos demoníacos sobre él sin motivo alguno.

Chef de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora