Chef de mi corazón

Capítulo 51

Cuando la pareja volvió a Corea, no se imaginaron con lo que se iban a encontrar, que Koo Sun-mi secuestró a la hermana menor del chef escandinavo y murió cuando estuvo a punto de asesinarla tras enterarse de que ella orquestó su ruina.

Fue un auténtico impacto, en especial para Kim Jin-hyuk, quien nunca tuvo rencor contra Koo Sun-mi, creyendo que habían quedado en buenos términos a pesar de romper el compromiso, lamentándose que aquella mujer hubiera tenido semejante destino.

Por otro lado, Mattias se sintió tranquilo, pues ya no tenía de qué preocuparse, el responsable de su condición desapareció de su vida para siempre, sin embargo no pudo evitar sentir algo de lástima, irónicamente, tratando de comprender las razones que llevaron a la ex-prometida de su novio a tomar decisiones fatales.

El trasplante de córneas al que se sometió resultó exitoso, ese día fue el mejor de todos, Mattias celebró al lado de su novio, la familia de este y la suya, sin excluir a sus mejores amigos, Hero y Frank, así cómo a los ex-participantes del Concurso Bernier, Rosana, Shen y Nigel.

Todos estaban felices de que Mattias pudiera recuperar la vista, brindaron y celebraron hasta el amanecer.

Mattias no quería vivir odiando a la mujer fallecida que causó su tragedia, al contrario, un año después de lo sucedido, se atrevió a visitar su tumba junto a Jin-hyuk e Im Yu-na, poniendo un ramo de flores.

—Lo que me hiciste estuvo muy mal, me dolió y sufrí bastante, pero te perdono, Koo Sun-mi, espero que tu próxima vida sea mejor que la que tuviste, todos merecemos ser felices—dijo, agarrando la mano del magnate coreano.

—Pudimos ser grandes hermanas, lástima que tu odio fue más grande que tu amor—Yu-na dejó en la tumba las muñecas que usaron ambas en su niñez, sonriendo nostálgica por esos viejos tiempos, cuando se querían y eran inseparables.

—Yo no era el hombre indicado para ti, deseé que alguien te diera el amor que realmente mereces, sabía que todo lo que querías era ser amada por alguien, pero debiste entender que ese no era yo, ojalá en una vida conozcas a la persona correcta—Jin-hyuk dejó una rosa blanca, ese fue un regalo que le dio en vida, cuando ambos recién eran pareja.

Ninguno de los tres estaba resentido con Koo Sun-mi, al final sólo era una persona que arrastraba penas que no podía soportar, sus malas acciones no se justifican en absoluto, pero ella no nació malvada, tampoco deseaba herir a otros desde siempre.

Hay quienes son víctimas de las circunstancias, el bien y el mal están dentro de cada ser humano del planeta, depende de cada quien cuál de los dos es el que prevalecerá sobre el otro.

La noticia de los crímenes de Koo Sun-mi se convirtió en una sensación en Corea, incluso trascendiendo las fronteras, el Grupo Tamiong se vio afectado, sus finanzas empezaron a bajar que estaban al borde de la bancarrota, Im Yu-na aprovechó para comprarlo y salvarlo del colapso económico.

En cuanto a Mattias, una vez que se recuperó llovieron cientos de lucrativas ofertas de empleo en todas partes del mundo, provenientes de Estados Unidos, Canadá, Chile, Argentina, Uruguay, China, Japón, Corea, Tailandia, India, Francia, Italia, Alemania, Suiza y de su país natal.

Tuvo que tomarse su tiempo para decidir cuál escoger, por un lado quería regresar a Suecia para así estar cerca de su familia y por otro no quería dejar de ver a Jin-hyuk, ahora que su vista regresó no estaba dispuesto a separarse de él.

Jin-hyuk no iba a permitir que Mattias rechazara cualquier oferta sólo por estar con él, anteponiendo su futuro profesional antes que la cercanía de pareja.

—Matti, yo te amo muchísimo—habló el hombre oriental estando acostado con el chef sueco en la habitación, acariciando su mejilla izquierda—, pero tienes grandes oportunidades esperando ser aceptadas por ti allá afuera, quiero que seas exitoso, que triunfes.