Capítulo 41

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—¿Están seguros?—preguntó Hero.

Luego de que la llamada grupal de Mattias acabó, decidió que iba a contactar con su familiar en compañía de Jin-hyuk. Hero se quedó en la mansión por si las cosas salen mal y pueda intervenir de una u otra forma.

—Hay que hacerlo, tienen que saber cómo estoy.

—Es imposible ocultarles la verdad si lo que pasó ya lo saben en todas partes, desde aquí hasta la antártida seguramente, hoy en día es difícil que nadie sepa cualquier cosa cuando se cuenta con internet—dijo Jin-hyuk, considerando esa probabilidad muy segura, le preocupaba la reacción que podían tener los Holmberg contra él.

—Oye, tranquilo, conozco a su familia, comprenderán que no es tu culpa, ¿verdad, Mattias?

—Sí, bueno...supongo que debieron estar conmocionados pero ya se les debió pasar, al menos eso espero. No tengas miedo, Jin.

—Así es—asintió Hero—, ¿te digo algo, Jin-hyuk? Ya eres lo suficientemente valiente al atreverte a salir con un hombre en un país donde las personas que son diferentes al resto no siempre son bien recibidas, no tienes nada que temer entonces. Además, estamos contigo, bueno cabe aclarar que estoy en calidad de amigo y ricitos de oro como tu futuro esposo.

—¿Es en serio, Hero?

—¿Qué? Sólo era una broma para disipar la tensión que hay ahora mismo, agradezcan que soy el único que mantiene el buen humor en momentos serios. Wow, esto será una anécdota más que contarle a mis nietos, recordarla mientras bebemos una fría cerveza.

—Tierra llamando a Hero, regresa al presente.

—Oh, cierto, repasemos el guión—Hero tomó asiento en el sillón de al lado del sofá—, se saludarán, cuando la señora o el señor Holmberg pregunten, Jin-hyuk les explicará de principio a fin lo que pasó. No, mejor que lo haga Matt y después Jin-hyuk, seguramente le pedirán que a su hijo que les cuente, es demasiado obvio.

—¿Es necesario ensayar?—preguntó Mattias, aburrido de que Hero exagerara tanto sobre la charla con su familia, apoyó una de sus mejillas en la mano.

—Claro—asintió el chef griego—, así evitaremos que algo salga mal, esta situación es un poco delicada dadas las circunstancias que condujeron a la ceguera de Mattias, un atacante no identificado que aún anda suelto por ahí avivará el miedo de los señores Holmberg. Hay que manejarlo con cuidado si queremos evitar malos entendidos.

—Tiene razón, amor—Jin-hyuk se puso a favor de la idea—, de esa forma me sentiré más tranquilo si sé lo que voy a decir.

—Bien, hagámoslo.

—¡Esa es la actitud, tortolitos!

—Deja de bromear—regañó Mattias a Hero, alzando el bastón blanco en señal de amenaza.

—Aguafiestas—Hero le sacó la lengua, aunque eso no serviría ya que Mattias no puede ver, precisamente sacó provecho de su condición—, muy bien, empecemos. Imagina que soy el señor o la señora Holmberg, cualquiera de ellos dos...

Empezaron a practicar cuando Hero decidió mostrar seriedad al asunto relacionado entre su amigo y al magnate con los padres del primero, Jin-hyuk poco a poco se mostró más seguro de lo que le diría a sus suegros, sin temer las reacciones que podrían tener, la clave era mantenerse firme, controlar los impulsos y actuar con educación, no dejarse llevar por cualquier emoción negativa, como la ira.

A veces es molesto, dramático y ocurrente en momentos inoportunos, pero si necesito su ayuda, está dispuesto a echar una mano, es por eso que lo aprecio mucho, creo que mi vida tampoco sería igual si no lo hubiera conocido. Pensó Mattias, sonriendo al recordar cómo se divertía con Hero desde que lo conoció.

Chef de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora