Capítulo 6

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Jin-hyuk revisaba el perfil de Facebook de Mattias en la oficina de su empresa, sonreía cada vez que veía una foto. Para él, es la representación de la belleza nórdica, bendecido por los dioses. Se dio cuenta que no había ninguna foto en la que estuviera con su posible pareja, no descarta que pudo estar con alguien antes pero no encontró alguna pista que lo comprobara.

Parece que el camino está despejado. Pensó alegre, ya había dado dos pasos adelante, la felicitación y la botella de agua, tenía que pensar en la próxima jugada si quería acercarse más al sueco.

Cuando tocaron a la puerta, cerró rápidamente la red social y abrió un archivo que contenía registros de la actividad financiera de la corporación. No quería que nadie se enterara, al menos no por ahora, de su nuevo romance. Todo debía quedar en secreto.

—Adelante.

La persona que interrumpió su privacidad era nada más ni nada menos que Tae-woong, su hermano mayor, quien regresó tras estar tres años en los Estados Unidos por motivos de su trabajo como ejecutivo de una aerolínea.

—Hola, hola, pitufo.

Jin-hyuk se levantó del asiento para abrazarlo alegremente, dando pequeñas palmadas en su espalda.

—¿Cuando llegaste? ¿Por qué no me avisaste?

—Lo hice, te envié tres mensajes y llamé cinco veces antes de tomar el vuelo, ¿qué es lo que tanto haces que no pudiste responder?

—Perdón, estaba ocupado, ya sabes, asuntos de la empresa—hizo un gesto con su mano, restando importancia. Obviamente no podía decirle que ha estado mirando fotos del chico que robó su corazón como un loco acosador—, por cierto, ¿qué tal Manhattan?

—Una ciudad estupenda, hermano. Visité la Estatua de la Libertad, Times Square, Central Park...no todo fue conferencias o reuniones con los socios estadounidenses—se sentó al frente del escritorio de Jin-hyuk—, mi vuelo se retrasó así que tomé una siesta pero casi lo pierdo, ahora cuéntame, ¿qué tal todo por aquí?

—No hay mucho que decir—se encogió de hombros—, excepto que te recomiendo un restaurante que se ha convertido en mi favorito. El Dong-yang, cinco estrellas pero incomparable a los demás.

—He oído un poco, dicen que es el mejor de la ciudad y del país, por lo que comentas parece ser cierto, quizás decida ir luego. Tengo que recoger a los niños en la escuela en unos minutos.

—Antes de que entres en tu papel de padre, ¿qué tal si para celebrar tu regreso vamos a un bar esta noche?

—No lo sé, Seo-hye quiere que pase tiempo con ella, debo compensar la ausencia de tres años y...

—Puedes compensar a mi cuñada después, primero un rato de calidad fraternal, un "no" como respuesta será rechazado, así que...realmente no tienes opción. Esta noche seremos tu, yo, un par de cervezas y una pista de baile. Será divertido, anímate.

—Está bien, está bien, acepto. ¿A dónde y a qué horas vamos?

Young Night, a las nueve, sé puntual y no te distraigas tanto con Seo-hye, eh. Sé que ella es muy buena en eso, diría que demasiado—dijo con una sonrisa picara.

—¿A qué te refieres con eso?—Tae-woong frunció el ceño, sospechando en sus adentros que Jin-hyuk se refería a algo no apto para niños.

Su hermano menor se encogió de hombros, soltando algunas risitas traviesas. Dejando que el mayor hiciera sus propias conclusiones, las cuales no estaban muy lejos de lo que dijo.

—Eres un sucio descarado—Tae woong negó, colocando una mano en su frente en señal de indignación, comprendiendo lo que el empresario insinuó en primer lugar.

Chef de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora