—Estás increíble—felicitó Hero—, Jin-hyuk se quedará mudo cuando te vea.
—Si antes estaba tan enamorado de ti, ahora te propondrá matrimonio—Frank alzó los pulgares—, ese hombre será todo tuyo.
Mattias rió, no se consideraba el chico más guapo de todos pero tiene una correcta autoestima. Vestía una camisa a cuadros, manga larga, color azul, debajo una camiseta blanca, pantalones vaqueros y zapatillas negras.
Se sentó en el sofá, esperando a que el reloj marcara las cuatro de la tarde. Mientras, conversó con sus amigos sobre Jin-hyuk, la vida en el país asiático, el trabajo en Dong-yang, qué debe y no debe hacer Mattias en la primera cita...
—Apuesto a que muchas mujeres estarían muertas de envidia—comentó Hero—, el guapo dirigente de un chaebol interesado en un extranjero, se enamoran, comienzan a salir, contraen matrimonio y forman una hermosa familia.
—No te adelantes, apenas nos estamos conociendo—replicó Mattias.
—Te recuerdo que tú, estando ebrio imaginaste una vida con él, con todo e hijos.
El griego y el azabache rieron a carcajadas, avergonzando a su amigo, quien rodó los ojos, bufando ante la broma. Lo que menos quería recordar era esa noche, esperaba que Jin-hyuk no tocara ese tema, le sería difícil de ello.
—Lo que pasa en el bar se queda en el bar—afirmó Mattias, cruzando los brazos.
—¿Ah, sí? Pues esperemos que depara el futuro para ti y para Jin-hyuk, lástima que no sé leer las cartas del Tarot, ya sabríamos si te casarás con él.
—¿Cuánto apostamos a que eso pasará?—preguntó Frank.
—¿Ahora van a hacer apuestas? Están locos, a veces me pregunto por qué soy amigo de ustedes dos, lunáticos.
—Porque seremos tus padrinos—respondió el azabache—, y organizadores de tu futura despedida de soltero.
—No deberían adelantarse, quizás en el futuro me case con algún español, compatriota o...
—Claro que no—alegó Hero—, te casarás con Kim Jin-hyuk, ningún otro, ¿eh?
— ¿Desde cuando son mis casamenteros?
—Es obvio que hacen una bonita pareja, ademas, se nota cuánto te ama. Te trajo a casa después de tu espectáculo romántico—contó Hero—, todo un caballero.
—¿De verdad?—inquirió Mattias incrédulo, creyendo que su amigo podría estar gastando otra broma.
—Se ofreció al ver que no podías permanecer en pie más de cinco segundos, por cierto, no iba solo. Otro hombre le acompañaba, era su hermano.
—¡¿Qué?! ¡¿Su hermano estaba en el bar?!
—Sí y deja de gritar, no estoy sordo.
—¿Qué pensará de mí? Seguramente que soy irresponsable, desvergonzado, un desastre total que no merece estar con Jin-hyuk—agachó la cabeza, colocándola sobre sus piernas, hasta que un segundo después la levantó—, ¿por qué estoy lamentandome por eso?
—Porque estás enamorado de Jin-hyuk y temes quedar mal frente a su familia, no has querido reconocer que sientes algo también por él, te escudas bajo teorías paranoicas como la del crimen organizado—respondió Frank.
—Tienen razón...supongo que el alcohol ayudó a sincerarme aunque no de la mejor manera, en el momento y lugar equivocado.
—Yo diría lo contrario, mira ahora, saldrás con Jin-hyuk, eso significa que ha correspondido a tus sentimientos—afirmó Hero.
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Chef de mi corazón
RomanceMattias es un chico sueco de veintiún años que llegó a Busan, Corea a trabajar en uno de los mejores restaurantes para ganar más dinero y cumplir su más anhelado sueño. Jin-hyuk es CEO del Grupo Holnyu, decide acudir al lugar donde el extranjero pr...