—Buenas noches, querido público—dijo la presentadora Nathalie, tan alegre como siempre—, el día D finalmente llegó, el día en que nuestros tres finalistas competirán para convertirse en el mejor chef del mundo.
—Es un momento decisivo, pues han logrado satisfacer las expectativas de nuestro cualificado jurado en las rondas anteriores. Pero, ¿quién logrará la victoria? Lo sabremos muy pronto, no sin antes recordar quienes son los tres competidores que esta noche enfrentarán el desafío final—explicó Thierry, dando paso a fragmentos de video donde Layla, Shen y Mattias contaban sobre cómo se sienten al haber llegado a la última fase del concurso.
—Muchos me decían que era una pérdida de tiempo siquiera intentar participar, que sólo me tengo que limitar a la cocina hogareña en lugar de...aspirar a lo grande—dijo la chica argelina a la cámara—, pero hoy quiero demostrarles que sí estoy aquí, es porque trabajé duro para conseguirlo. Quiero ser un ejemplo para todas las mujeres, tanto de mi país, el mundo árabe y todos los rincones del planeta.
—En la infancia, amaba aprender las recetas de mis abuelos—comenzó a relatar Shen—, cada fin de semana iba al pueblo donde ellos vivían, pasábamos casi todo el día cocinando. A los nueve años, mi abuela me preguntó: "¿no te gustaría convertirte en chef cuando crezcas?", yo dije que sí. "Si tienes un sueño, lucha incansablemente por él, al final verás que habrá valido la pena cada lágrima y cada gota de sudor derramada, un sueño prosperará si te esfuerzas, pues nunca lo hará por sí solo, no esperes a encontrar una lámpara mágica y que un genio salga de ahí para conceder tus deseos, todo depende ti", soy un chef no sólo porque se convirtió en mi pasión, sino porque también es una manera de rendirle homenaje a mis abuelos, para mi la familia es un motor muy importante.
—Cocinar es un arte—el último turno le correspondió a Mattias—, aunque algunos no lo vean así, para mi lo es. Creo que no es sólo una tarea básica del hogar, se pueden crear miles de maravillas que te sorprenderán, las posibilidades son infinitas, deseo dedicarme a esto por el resto de mi vida, es parte de quien soy, no me veo dedicándome a otra cosa. La mayoría de las personas no saben qué quieren ser en el futuro hasta que crecen, pero yo ya lo tenía claro en mi mente desde el principio, no significa que esté mal encontrar tu vocación más tarde, la vida es un camino lleno de aprendizajes, estar aquí, participando en este concurso es...increíble, si gano o pierdo, no es importante, porque me llevaré a casa una preciosa experiencia que contribuirá a mi crecimiento tanto personal como profesional.
La presentación videográfica finalizó, Layla, Shen y Mattias estaban con los nervios a flor de piel, aunque por fuera parecían totalmente impávidos.
—Muy bien, chefs. ¿Están listos para el reto de esta noche?—les preguntó Nathalie.
—¡Sí!—afirmaron al mismo tiempo, sonando firmes y seguros de sí mismos, casi como soldados.
—Esta vez—habló Thierry—, los señores del jurado se encargarán de designar recetas a nuestros participantes, las cuales son de sus respectivos países. Es decir, en lugar de ser ellos quienes escojan como en las otras rondas, será el jurado.
—Aclarado esto, comencemos con la última ronda del Concurso Bernier Internacional de Cocina—finalizó Nathalie.
—Para Layla Mansouri, tu receta es el cuscús—dijo Imogen Chambers—, tengo entendido que es un plato típico tanto en Argelia y en otros países norteafricanos, espero que sea fácil para ti.
La chica asintió sonriendo, sintiéndose confiada de realizar el desafío designado.
—La receta para Duan Shen es pato pekinés—dijo José Antonio Mendoza—, siempre lo he querido probar, dicen que es delicioso, mucha suerte, muchacho.
ESTÁS LEYENDO
Chef de mi corazón
RomanceMattias es un chico sueco de veintiún años que llegó a Busan, Corea a trabajar en uno de los mejores restaurantes para ganar más dinero y cumplir su más anhelado sueño. Jin-hyuk es CEO del Grupo Holnyu, decide acudir al lugar donde el extranjero pr...