Im Yu-na acudió a la reunión en la casa de Kim Jin-hyuk al caer la noche, cuando los padres de Ingrid ya estaban profundamente dormidos, esa es la única forma en la que ella podía organizar el plan sin que se dieran cuenta.
Por fortuna, tenían el sueño pesado, así que nunca sabrán lo que sucedía en la cocina, al menos por ahora.
—Bienvenida, unnie—dijo Ingrid, sonriendo entusiasmada.
—Buenas noches, ¿llego tarde?
—Claro que no, estás a tiempo, vamos al comedor.
—Bien.
En ese lugar de la casa estaban Se-bin, So-ri, Hero e In-ju, Yu-na tomó asiento al lado del secretario Gook, Ingrid se aclaró la garganta de hablarle a los involucrados.
—Ya que estamos todos aquí, es momento de discutir el plan. Tengo pensado que Se-bin y So-ri se infiltren en la casa de Koo Sun-mi para investigar a fondo.
—¿Qué? Es un suicidio—afirmó Se-bin nerviosa ante la idea de ir de incógnito—, la señorita Koo se dará cuenta que no trabajamos en su casa.
—No lo hará—dijo Yu-na—, ella no le presta mucha atención sobre cuántos empleados tiene, ni siquiera se toma la molestia de memorizar sus nombres.
—Eso es perfecto, unnie, pero sería la primera fase del plan. La segunda es que tú te reúnas con ella en alguna cafetería o restaurante, el motivo tiene que ser creíble, ¿asuntos empresariales, tal vez? Lo importante es que acepte.
—Me encargaré, ¿qué vendría después?
—Aprovechar un descuido, si ella va al baño, entonces lo que tienes que hacer es robar su bolso y cambiarlo por este—Ingrid sacó de su bolsillo un bolso idéntico al que posee Koo Sun-mi, que fue comprado por In-ju.
Ingrid descubrió que usa siempre ese modelo a través de sus redes sociales, esperando que no esté equivocada.
—Seguro se dará cuenta, pero eso es el menor de nuestros problemas, el teléfono de Koo debe poseer información importante, posiblemente relacionada con el ataque con ácido a mi hermano o de cualquier delito que haya cometido, las llamadas, los chats y contactos ahí son objetivos de alto valor.
—¿Por qué no sólo robar el teléfono y ya? ¿Para qué el bolso completo?—preguntó So-ri.
—Lo sabrás después, unnie—Ingrid guiñó un ojo entre risas—, el secretario Gook traerá devuelta a Yu-na aquí, a nuestra base de operaciones. Luego, encontraremos cualquier pista que nos conduzca a la verdad detrás de Koo Sun-mi, es pan comido.
—¿Y el plan B? Siempre hay que tener un plan B en caso de que algo salga mal—afirmó Hero, un poco desconfiado sobre lo que estaba orquestando la hermana de su amigo.
—Entonces, hay que plantear lo siguiente: ¿qué podría salir mal?
—Que Koo Sun-mi descubra que se han infiltrado en su casa, por ejemplo, eso en el mejor de los casos. En el peor, que nos denuncie a la policía por allanamiento de morada, difamación, violar el derecho a la intimidad, concierto para delinquir...
—¿Estudiaste leyes antes de decidirte por cocinar o algo así?
—Mi papá es abogado.
—Eso explica mucho, como sea, no he contemplado la posibilidad de ser atrapados, tampoco la de ir a prisión, o en mi caso ser deportada a Suecia con mis padres y no volver en veinte, cuarenta, cincuenta años, ¡en fin, ese no es el punto! Este plan no tiene porqué fallar, lo he pensado día y noche, tanto que casi no duermo, pero no hay nada que unas cuantas tazas de café arreglen.
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Chef de mi corazón
RomanceMattias es un chico sueco de veintiún años que llegó a Busan, Corea a trabajar en uno de los mejores restaurantes para ganar más dinero y cumplir su más anhelado sueño. Jin-hyuk es CEO del Grupo Holnyu, decide acudir al lugar donde el extranjero pr...