Capítulo 4

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—¿Qué tenemos?—preguntó el escandinavo a su semi-hermano cuando le avisó lo que encontró sobre el empresario.

—Kim Jin-hyuk, nacido el 14 de Febrero de 1990, veintinueve años de edad, CEO del Grupo Holnyu...wow, debo reconocer que es bastante guapo, creo que me hizo dudar de mi heterosexualidad—comentó Frank entre risas—, ¿es este el cliente acosador?

—Sí, sabía que debía ser un niño rico, todos los comensales del Dong-yang son de sangre azul.

—¿No te das cuenta de lo afortunado que eres?—preguntó Frank.

—¿Afortunado? ¿Por qué?—Mattias frunció el ceño.

—¡Le gustas a un multimillonario! ¡Hello! Puede cumplir todos tus caprichos, cualquiera desearía estar en tu lugar, siento envidia de ti, bro.

—Por favor, todavía pienso que quiere usarme para el tráfico de órganos—negó Mattias.

—Oh, vamos, el hombre tiene millones de millones en su cuenta bancaria por ser el presidente de una gran corporación, no creo que necesite alguna actividad criminal para ganar más de lo que tiene, es ilógico...¿porque te niegas a aceptar la idea de que le gustas?

—Por dos cosas: él es un hombre de negocios, yo un simple cocinero, un forastero en este lado del mundo y apenas nos conocimos hace unas horas, el amor no florece así de la nada. Requiere tiempo—argumentó.

—¿Alguna vez has escuchado del amor a primera vista?

—Existe en las películas, pero estamos en la vida real, Frank. Nada de eso pasa, la ficción está hecha para evadir lo cruel que puede ser la realidad. Por eso la mayoría lee, ve series o películas de fantasía, romance, ciencia ficción, terror...sería genial si el amor a primera vista fuera real.

—Oh, Dios—murmuró Frank mirando en su celular.

—¿Estás escuchándome?—inquirió Mattias enojado, creyendo que su mejor amigo lo está ignorando a propósito.

—¡Se iba a casar!—exclamó, enviándole al rubio un artículo que trataba sobre el rompimiento del compromiso entre Jin-hyuk y Sun-mi el año pasado.

Mattias comenzó a leerlo, quedando boquiabierto. ¿Si es heterosexual porque de repente tiene interés en mi?

—Entonces...es bisexual, aún mejor, tienes oportunidad con él—concluyó Frank al unir las piezas del rompecabezas Kim.

—O está aliado con la mafia y soy su próxima víctima, así que averiguaré un vuelo a Suecia antes de que eso pase—Mattias sonrió con sarcasmo, claro que no haría lo que dijo, pero no descartaba como opción más viable.

Frank puso la palma de la mano en su cara en señal de exasperación ante las teorías conspirativas de su amigo. Una de dos, está ebrio o drogándose. Pensó.

—Dime una cosa, Matt, ¿has estado bebiendo o consumiendo alguna sustancia...alucinógena?—se atrevió a preguntar, cansado de su actitud paranoica.

—Oye, me conoces desde los cinco años, sabes perfectamente que nunca haría algo que dañara mi cuerpo—replicó Mattias, un poco indignado ante las suposiciones fuera de contexto de Frank.

—Pues creo que esa paranoia tuya debe provenir de alguna parte. En lugar de ponerte así deberías alegrarte, no todos los días le gustas a un millonario, menos uno tan bueno como el queso derretido de una pizza.

—Como sea, ¿no deberías estar dormido? Son las ocho de la noche allá.

—Agradece que estoy siempre para ti, ¿qué serías tú sin mi? ¿Alguna vez te lo has preguntado?

Chef de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora