Capítulo 46

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Al día siguiente en Corea, Im Yu-na estaba en el restaurante Dong-yang desayunando, esperando a Koo Sun-mi, quien aceptó dudosa la invitación de su ex-amiga y compañera de la universidad, pues creyó que habían quedado en malos términos por un tiempo indefinido.

Afuera del restaurante, en una camioneta negra estaban Gook In-ju, Hyon Se-bin y Min So-ri, Ingrid desafortunadamente no pudo asistir al desarrollo de la primera fase del plan, pues de lo contrario levantaría sospechas para sus padres, echando a perder todo lo que organizó, así que no iba a correr ningún riesgo, quedándose en casa para disimular.

Sin embargo, le pidió a In-ju que la mantuviera informada en todo momento.

Hero, por otro lado, se encontraba en la cocina, también pendiente de lo que pudiera suceder, no podía participar directamente porque la jornada laboral está en el medio, pero sí podía vigilar de cerca y comunicarse con el resto del equipo.

Al cabo de unos diez minutos, finalmente Koo Sun-mi apareció, cruzando por la puerta del restaurante, sonriendo de forma dulce, cuando vio a Im Yu-na se dirigió a la mesa donde estaba, sentándose frente a ella.

—Buenos días, Yu-na.

—Buenos días, Sun-mi—Yu-na también sonrió, escondiendo sus verdaderas intenciones, enfocó su mirada en el menú que le entregaron—, no he ordenado aún, ¿qué te gustaría?

—Un omelette con tocino, nada pesado para comenzar el día—dijo la señorita Koo, revisando la carta del establecimiento—, ¿qué hay de ti?

—Romperé la dieta esta vez, quiero un sándwich con mantequilla, dos galletas con chispas de chocolate y jugo de manzana.

—¿Haces dieta? Lamento decirlo, pero no se te nota mucho.

Acabas de decirme gorda de una forma indirecta, veo que no has cambiado mucho, Sun-mi. Sigues siendo la misma perra que conocí en la universidad, pero ya verás, el que ríe al último, ríe mejor. Pensó Yu-na, ignorando la ofensa.

Dos meseros se encargaron de atenderlas, una vez que sus pedidos estaban servidos, empezaron a comer en absoluto silencio, Yu-na estaba ansiosa por ponerse en marcha con la primera fase del plan, no obstante, debía ser paciente y cautelosa.

—La razón por la que te cité aquí es para hablar de negocios, me gustaría que nuestras compañías firmaran una asociación.

—¿Una asociación, por qué?

—Bueno, he escuchado que Tamiong no está pasando por su mejor momento desde la crisis de 2008, el Grupo Jesam estaría dispuesto a colaborar para ayudar a aliviar las pérdidas, el recorte de personal, entre otras problemáticas.

Sun-mi tragó saliva cuando Yu-na mencionó que Tamiong había sufrido el golpe de la recesión acontecida trece años atrás, las deudas aún no fueron saldadas por completo, tuvieron que tomar medidas cómo recortar la nómina, las expectativas en cuanto al presupuesto, pedir préstamos a los bancos, etc.

Im Yu-na dió justo en el blanco, Sun-mi odiaba que le recordaran el mal momento por el que su compañía aún no ha salido del todo.

—Vaya, me sorprende tu generosidad—dijo Sun-mi con un poco de ironía—, aprecio la oferta, pero temo que tendré que rechazarla, el Grupo Tamiong podrá recuperarse por su propia cuenta.

—Oh, es una pena, Sun-mi, sólo me preocupaba por ti, así cómo lo hiciste por mi cuando mi casa se prendió misteriosamente en llamas—expresó Yu-na de la misma manera, bebiendo el jugo de manzana.

—Ya verás que tengo razón.

—Por cierto, ¿cómo te ha ido en estos cuatro años, ya conseguiste el reemplazo de Jin-hyuk?

Chef de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora