—Yo quiero un helado napolitano—dijo Jin-hyuk a la mesera.
—Y yo un helado de menta—dijo Mattias, ese era su sabor favorito. Jin-hyuk lo anotó en su mente para conocer más sobre el joven chef.
La chica se retiró unos minutos, regresando con las órdenes, comenzaron a comer, cada uno sumergido en sus pensamientos. Nuevo dato, le gusta el helado napolitano.
Menta, quizás pueda usarlo como chantaje en algún momento.
—No te preocupes por Tae-woong, le agradas. Aunque más si estuvieras sobrio.
—Hey, el que haya perdido la cordura esa noche no significa que sea el tipo de persona que va a un bar después de trabajar. Soy un hombre correcto.
—Entonces le agradaras a Eun-hee, es trabajadora, huye del amor, abstemia...oh, es verdad, eso último no lo eres. Pero ustedes dos son parecidos en ciertas maneras.
—¿Quién dijo que estoy huyendo del amor?—Mattias cruzó los brazos, es parcialmente cierto, sólo que no está dentro de sus prioridades.
—Eres muy obvio, ¿con cuántos chicos has salido, aparte de mi?
El escandinavo permaneció en silencio, resopló, no quería que le recordaran su soltería, es molesto para él, pues muchos de sus conocidos comentan o bromean sobre eso. "Ya eres un adulto y ni siquiera has dado tu primer beso, ¿qué estás esperando?" "Deberías ser sacerdote" "Eres demasiado hermoso como para no tener pareja" "¿No te piensas casar?"
"Es mi vida, nadie tiene porqué meter sus narices en ella". Esa era su respuesta ante todas las opiniones. No soportaba que se inmiscuyan en sus asuntos personales.
—Eso significa que soy el primero—asumió Jin-hyuk.
—Tú y yo no estamos saliendo, simplemente nos estamos conociendo, como un par de amigos, nada más.
—Auch, acabas de enviarme a la zona de amigos.
—Como sea, ¿puedo seguir comiendo? Gracias.
Al terminar de comer, retomaron el pequeño paseo, el clima en Busan era fresco, ideal para salir a cualquier lado sin preocuparse por la lluvia o cuán fuerte sea el sol. A Mattias le recordaba un poco a su natal Estocolmo, aunque el clima es un poco más frío. Se acostumbró rápido al nuevo entorno.
¿Cree que puedo quedarme para siempre en la zona de amistad? Desafío aceptado, Mattias Holmberg.
—¿Sabes? Esto suena a cliché de K-drama, lo que sea que haya entre nosotros. Un atractivo empresario enamorado de un extranjero, rubio, de ojos azules y que es diferente a su clase social. Es como...una versión actualizada de Boys Over Flowers, con muchos cambios radicales, claro.
—Entonces, ¿eso me convierte en Gu Jun-pyo y a tí en Geum Jan-di?
—Algo así, sólo que Geum Jan-di no tiene el cabello rubio ni ojos azules y tampoco es de un país nórdico. Oh, y por supuesto, ella es mujer. Igual que en las adaptaciones de cualquier libro, cambian hasta el más mínimo detalle, lo que provoca la decepción del público que leyó el libro.
Jin-hyuk rió, Mattias tenía un peculiar sentido del humor, algo que le enamora aún más. Eso le faltaba a Sun-mi, pocas veces reían pero ella se esforzaba por ser la mujer perfecta, haciendo miles de cosas, como recurrir a la cirugía plástica, tratamientos de fertilidad para que pudieran tener muchos hijos y evitar la comida que contuviera grasas para conservar su esbelta figura...Jin-hyuk no buscaba eso.
Lo que buscaba era una persona a la que pudiera amar, sin cambiar nada de sí misma, que fuera tal y como es. Sun-mi creía que bastaba con ser la esposa perfecta que cualquiera pudiera desear, pero no la que Jin-hyuk deseaba.
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Chef de mi corazón
RomanceMattias es un chico sueco de veintiún años que llegó a Busan, Corea a trabajar en uno de los mejores restaurantes para ganar más dinero y cumplir su más anhelado sueño. Jin-hyuk es CEO del Grupo Holnyu, decide acudir al lugar donde el extranjero pr...