Capítulo 16

345 40 1
                                    

Mattias encendió la computadora, llamando por Skype a su hermana y mejor amigo, les iba a contar las asombrosas novedades que estaban ocurriendo en su vida y que seguramente nadie imaginaría.

Creo que se les caerá la mandíbula.

Ingrid respondió primero, cinco minutos después, Frank fue el siguiente.

—Hola, hermano mayor, ¿o debería decir oppa?—preguntó la chica rubia entre risas.

—¿Qué tal te fue en la cita con el Señor Kim?—Frank habló con un tono burlesco, pues Jin-hyuk luce joven y guapo como para ser considerado "Señor".

—¡¿Qué?! ¿Estás saliendo con alguien? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Se lo has dicho a mamá? ¿Cuando planeabas decir algo al respecto? ¿Eh? Hola, somos tu familia, tenemos derecho a saber sobre tu vida sentimental.

—Wow, cálmate, hermana, una pregunta a la vez, por favor—dijo Mattias al ser bombardeado con miles de preguntas por Ingrid.

—Está saliendo con un hombre rico—contó Frank—, lo conoció en el en el restaurante donde trabaja, era un cliente nuevo, tiene veintinueve años, se llama Jin-hyuk Kim, Matt dudaba mucho de que estuviera enamorado de él, inventando un montón de teorías locas como que es un traficante de órganos. Pero ahora están saliendo, y ya se han besado. Bueno, en realidad, Matt se emborrachó cuando fue a un bar con sus compañeros del trabajo, casualmente Jin-hyuk también estaba ahí, entonces al estar tan alcoholizado, lo besó.

—¿Tenías que contar esa parte?—preguntó Mattias molesto, pues aunque él y Jin-hyuk están juntos, recordar esa noche era verdaderamente vergonzoso.

—No puede ser—murmuró Ingrid boquiabierta, le era imposible creer que su hermano pudiera ser capaz de hacer esas cosas, lo conocía muy bien, o al menos eso creía hasta ahora—, ¿quién eres y qué hiciste con mi hermano, impostor?

—Qué graciosa, Ingrid...y para tu información, Franklin, esa no fue la única vez que nos besamos, eh.

—¿Cómo? ¿Lo hicieron de nuevo? ¿Cuando?—inquirió su pseudo-hermano frunciendo el ceño.

—Oh, por...tiene que ser una broma, esto no es cierto—la menor de los Holmberg agarró una bolsa de papel marrón, inhalando y exhalando sobre esta en repetidas ocasiones, como si tuviera un ataque de pánico pero en realidad estaba fingiendo para molestar a Mattias.

A Frank le pareció muy graciosa su actuación, no pudo contener las carcajadas, en cuanto al rubio, no le hacía ninguna gracia.

—Sí, búrlense todo lo que quieran, ¿puedo dar mi testimonio?

—Continua, quiero saberlo todo, no te saltes nada—dijo Ingrid, terminando su actuación.

—Se pondrá interesante, créeme, deberías traer palomitas.

—Tienes razón, creo que hay en la alacena, ya vuelvo, más te vale no colgar, Mattias—advirtió la chica, levantándose y caminando hacia la cocina, sacó las palomitas, poniéndolas en el microondas, cuando estaban listas, las puso en un tazón de plástico grande, se sirvió limonada, regresó a su cuarto para continuar la videollamada—, espero que no hubieras comenzado sin mi, eh. ¿Mamá sabe? Porque sí es así te juro que serás el peor hermano mayor de la historia.

—Tranquila, Ingrid, no he contado nada...en fin, ¿están listos?

—Por supuesto—asintió la hermana menor del escandinavo.

—Adelante—dijo Frank, abriendo un paquete de doritos y comiendo, para él era entretenido escuchar los relatos de Mattias, en especial si se trata de su vida romántica, la cual apenas comenzaba y con pie derecho.

Chef de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora