T/n T/a
-¡Mierda T/n! Sígueme el juego -reprocho-.
-No Cameron, claro que no, no sé que insinuas, pero luego de como me trataste, no seré parte de tus mierdas.
-¡T/n! Si quieres luego no me vuelvas a hablar pero -Se acerco a mi oido- estás manchada.
Mis ojos se abrieron como platos, no recordaba... Ocho de febrero maldita sea, yo y mi memoria a corto plazo.
-Carajo, que incómodo.
-No importa, pero tienes que cambiarte. ¿Traes pantalones de repuesto?.
-No, solo el uniforme clásico.
-Entonces avísale a el entrenador.
-M-me da vergüenza.
-Mierda T/n, es algo normal, no seas estúpida y dile.
-Esta bien -bufe-.
Caminamos a pasito lento hasta el entrenador ya que tenía a Cameron tomándome por la cadera.
Cuando llegamos este arqueó una ceja y nos miro de arriba a abajo.
-¿Y ustedes dos que? -preguntó-.
-Y-yo... Lo que pasó es que... Bueno usted sabe, las chicas... Em... -tartamudee-.
-Le vino el periodo -interrumpio-.
-Okey, puedes sentarte en un banco, tranquila -siguio con lo suyo-.
-¿Puedo ir a cambiarme? Estoy manchada -susurre-.
-Claro, no te preocupes.
-Bien -asenti por lo bajo-.
Caminamos hasta el baño pero está vez Cameron camino tomándome por los hombros.
-Ey -chisto- ¿A dónde vas Cameron?
Cameron hizo un pulgar hacia abajo indicando que yo estaba mal, lo cual era falso, o bueno, si lo estaba pero no sé lo había dicho.
Pasé al baño y cambie mi ropa, coloque el pantalón en una bolsa que por suerte tenia. Hice todo lo que tenía que hacer y salí, no crei que el me esperaría.
-Cameron -me asusté-.
-Lo siento.
-¿Q-que? -por un momento creí que se había disculpado por todo lo que me dijo aquel dia-.
-O-osea, siento haberte asustado.
-Ah -baje mi cabeza- no te preocupes.
Hubo un silenció un tanto incómodo.
-Gracias -volvi a hablar-.
-No tienes de que, no quería que pases un mal momento, se lo vergonzosa que eres.
-Ja -reí sarcástica- eso lo sabes mejor que nadie -hable por lo bajo-.
ESTÁS LEYENDO
𝑬𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒅𝒆𝒐𝒋𝒖𝒆𝒈𝒐𝒔 - Blake talabis y tú
RandomT/n, una adolescente de familia humilde pero inteligente, recibe su primer objeto tecnológico propio. Este le permitirá conocer a alguien y quiza más adelante... enamorarse. Tal vez no haber obedecido a su madre no estaba del todo mal.