Ethan Hwang
Otra escuela, otra gente... Misma cantidad de imbéciles... Tal vez un poco menos, porque es una institución "muy prestigiosa" como dice la insignificante de mi madre. Bueno eso sonó muy cruel, pero que más da, si eso es.
Estaba diambulando por los largos pasillos tratando de pasar desapercibido. O comenzarían con sus comentarios como; ¿De dónde son tus padres? ¿Eres de china? ¿Hablas español? ¿Nos asesinaras a todos cuando tengas oportunidad?. Y mis respuestas serían: Que te importa, que te importa parte dos, Si hablo español no soy imbécil nivel tu, y si probablemente. Okey no, no soy tan psicópata, pero prefiero no socializar y evitar esos comentarios, al fin del día, nunca tuve un amigo y tampoco me interesa. Me divierto con ver cómo los demás viven sus trágicas vidas de millonarios mimados. "oh papi, ¿Porque este año no me compraste un Pony? La vida ya no tiene sentido sin un pony, ¡Quiero mi pony!" O cosas igual de estúpidas, incluso peores.
Así que si, iba cuestionandome el porque de mi existencia cuando veo a las tres muchachas que minutos antes me habían dicho que si veía algo al sonreír... Eso sí es otra onda.
Salían del baño algo preocupadas y sus manos estaban empapadas. Cómo si se hubiesen limpiado de algo, pero su ropa tenía algunos manchones de sangre.
Por un momento creí que les había venido... Pero ¿Cómo carajos llegó... Eso hasta su remera? Okey, mejor ni pensarlo. Entre al baño para ver qué todo estuviese bien, pero me encontré con mi compañera de banco tirada en el suelo con bastante sangre en su rostro.
-Carajo... ¿Que te hicieron? -me acerque a ella-.
-Ayuda -jadeo-.
-Mierda, mierda, mierda.
-Mi mamá... El hospital de la vuelta... Llévame -susurro-.
-Pero está la enfermería, puedo llevarte ahí.
-Soy becada...
-Per...
-Llevame... Al hospital.
-Bien, bien.
Cargue a la desconocida en mi hombro, apenas se reconocía su rostro estaba llena de sangre.
-¿Cómo no te defendiste?.
-Me duele el cuerpo... Ayúdame.
Carajo, ya se que necesitaba ayuda, que insistente.
Salí por la puerta principal de la escuela. Todos me miraban a mi, el encapuchado silencioso y al que todos le tenían miedo, cargando a alguien. Algunos de seguro pensaron que la estaba ayudando, lo cual era verdad y puedo jurar que otros pensaron que yo mismo había echo esas atrocidades... Vaya primer día.
Teníamos que cruzar al parque para llegar al hospital. No era muy lejos. Era un pueblo chico y todo se conectaba.
Pasamos por delante de mucha gente, ya no me importaba perder mi primer día, todo era por una buena causa y... Aunque nunca había echo una, se sentía bien ayudar.
Pasamos por delante de unos bancos con varias personas cuando sentí un grito por mis espaldas.
-¡Ey! ¡Ey! -insistian-.
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𝑬𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒅𝒆𝒐𝒋𝒖𝒆𝒈𝒐𝒔 - Blake talabis y tú
RandomT/n, una adolescente de familia humilde pero inteligente, recibe su primer objeto tecnológico propio. Este le permitirá conocer a alguien y quiza más adelante... enamorarse. Tal vez no haber obedecido a su madre no estaba del todo mal.