Capitulo 4 - Indignación

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T/n T/a

Me había dormido inmediatamente luego de haber dejado mi consola ayer. Era súper injusto que me tratarán así. En especial sabiendo que de pequeña mi padre había abandonado a mi madre con la justificación de que ella era una zorra al igual que todas las mujeres. Pero claro, como el estúpido de ayer lo sabría. Mi padre era un real patán, yo siempre le había pedido a mi madre que me hablara de el sin filtros, quería saber la real basura que el era, pero sin embargo, ella lo protegía, siempre logra ver el lado bueno de la gente... Irritante. De igual manera lo que ella no me cuenta me lo dice mi abuela, ella si que no tiene piedad, dice que no merece ni una pizca de nada, ningún sentimiento debe ser dirigido hacía el, lastimo a mi madre y por ende, a toda nuestra diminuta pero unida familia.

-Buen día... Levántate T/n, vamos que se te hace tarde -me sacudió mi mamá-.

-Ya voy... -Dije tapándome hasta la cabeza-.

-¡T/n! Encerio, tengo que ir a trabajar y dejarte en la escuela de camino, por favor, despiértate.

-Esta bien... -bufe conectando con sus ojos-.

-¡Por dios! Mira tus ojeras T/n... Dios sabe hasta qué hora te has quedado.

-Dios... Dios... Dios -susurre por lo bajo mientras buscaba mi ropa-.

-Si, dios, el sabe todo -me había escuchado-.

-Siempre metes a dios en este -reí-.

-Es mi religión.

-No la mía, al menos no con esa intensidad mamá.

-¿Cómo que no eres creyente? ¿Desde cuándo? ¿Ahora me dirás qué eres atea? ¡¿Judía?!.

-No mamá -reí- Solo que creo que la iglesia es una especie de lucro, solo te quitan el dinero, ¿No te has dado cuenta?.

-Claro que no jovencita, mejor prepárate para la escuela -bufo yéndose de mi cuarto y llevándose con ella algunas prendas que por allí estaban tiradas-.

-Claro que si mamá... -susurre-.

Me gustaba molestar a mi madre, ella no era tan creyente como parecía, pero también le gustaba molestarme, era algo mutuo sin duda.

Luego de terminar de cambiarme baje las escaleras y allí estaba mi madre esperándome. Solo me dió una mirada de desaprobación por haber bajado a estás horas. Subimos al auto, era uno que tiene hace mucho, va lento, por dos motivos; el primero es que si a mi madre se le da el gusto de manejar rápido podría dañar algo en el vehículo y no hay dinero como para repararlo. El segundo es que por su antigüedad, no puede ir a gran velocidad.

-Llegamos amor, recuerda cuidarte y a la vuelta ve muy atenta a todo, ¿Si? Cualquier cosa, grita.

-Claro mamá -dije riendo mientras bajaba de auto-.

-Te amo -me grito-.

-Mas -acomode mi mochila y me adentre a la escuela.

Estaba todo vacío y sabía cuál era el salón al que tenía que dirigirme. Siempre fui buena en la escuela pero no obstante, la maestra sabiendo esto tenía que hacerme rendir.

-Buenos días T/a -me sonrió la maestra mientras entraba yo al salon-.

-Buenos días Maestra -ella me caía excelente, una de las mejores docentes que conozco-.

-Sientese junto a Cameron, el nuevo -me indicó-.

Note como las pocas chicas qu estaban allí comenzaron a susurrar entre ellas ¿Porque? Osea, las chicas de mi escuela sin excesivamente raras, una no puede estar cerca de un chico que ya los "shippean", en fin, es molesto.

-Hola -me susurro mientras escribía en las hojas que la profesora nos había entregado anteriormente-.

-Hola -Le sonrei amablemente-.

-Es un gusto -me dió su mano a lo que le respondí estrechandola-.

-El gusto es mío, ¿Cameron? -dije dudosa-.

-Si, Cameron Brodeur es mi nombre... Completo, por así decirlo, pero puedes decirme como quieras.

-¿Te conozco de algún lado? -Pregunte sin darle importancia a lo antes mencionado-.

-Puede que me conozcas de la se...

-Ejem -aclaro su garganta la profesora- Dejen de charlar y concentrense.

-Si... -asenti volviendo a lo mío-.

-Hoy por la tarde podríamos ir a por un helado... Para conocernos -Dijo sin mirarme-.

-Me parece bien... -lo mire de reojo con una sonrisa, nunca alguien me había invitado a semejante cosa, o así era para mí-.

-¿Recuerdas tu número de teléfono? -volvio a hablar, no sabía que responder, porque ahí iría de nuevo, perdería a otra persona, otra posible amistad y todo por no tener dinero-.

-No, no lo recuerdo -sonrei- pero si recuerdo mi dirección, aquí tienes -arranque un pedazo de hoja y la escribí-.

-¿Paso por ti a las?... -dejo la pregunta en el aire para que yo la continuará-.

-A las cinco -afirme-.

-A las cinco... -Dijo mirándome ¿Embobado?-.

Termine mi exámen como siempre primera, no era de gran dificultad para mí y confiaba en que me iría bien, había respondido todas y cada una de las preguntas con confianza, de igual manera no me importa mi calificación, con aprobar es suficiente y mi mamá coincide en eso.

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Perdón por no escribir 👊🏻👿😭.

𝑬𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒅𝒆𝒐𝒋𝒖𝒆𝒈𝒐𝒔 - Blake talabis y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora