Blake Talabis
-Y-yo... Si ¿Cómo lo has descubierto? La verdad es que solo te estuve utilizando y sacando provecho de tu situación... ¡Por dios Blake! ¿A qué viene eso? Sabes perfectamente lo que daría por ti. Ni siquiera sabía que te sucedía ni quién eras hasta hace unos días y deberia estar furiosa, pero no lo estoy, porque odiaria estar mal contigo, así que dime porque puedes pensar eso.
-No lo sé... Tienes razón, lo siento -me tire boca arriba en la cama-.
-¿A qué se deben esas inseguridades? -Se recostó en mi pecho-.
-Nada, solo que aún no caigo que una chica tan perfecta como tú, este con alguien como yo -reí acariciando su cabello-.
-Callaté, no soy perfecta.
-Para mi eres eso y más.
-Talabis... Talabis -susurro-.
-¿No tienes hambre? -me senté-.
-No, ¿Tu?.
-Tampoco.
-Estoy cansada -bostezo-.
-Recuestate, iré en un segundo -me dirigí al vestidor-.
-No tengo pijama -suspiro-.
-Lo hubieses mencionado antes -reí- te daré alguna remera grande, no es cómodo dormir con jeans.
-Bien -sonrio-.
Busque en mi armario algo para mí y algo para ella. Me cambié y luego le entregué una remera grande, que por su figura, le quedaría grande.
Se cambió en el baño y cuando salió pude notar sus mejillas rojas, lo cual me causo gracia.
-Te queda bien, de echo todo te queda increíble, no te averguenzes.
-Soy muy insegura -rió tímidamente-.
-T/n, eres hermosa, hasta yo diría que podrías ser la octava maravilla del mundo. Deja de rebajarte así, tu cuerpo, tu rostro, tus ojos, todo de ti es maravilloso, así que si te escucho una ves más diciendo algo acerca de tu cuerpo, voy a... Hacerte una tortura de cosquillas -comenze a hacerle cosquillas haciendo que caiga en la cama-.
-¡Blake! ¡Detente! -reía- ¡Ya! ¡Voy a morir!.
-Esta bien... Está bien -Reí dejando de molestarla-.
-Vamos a acostarnos antes de despertar a alguien -Se acostó de lado-.
-Bien -me tire a su lado-.
-¿Qué hora es? -preguntó-.
-Las... -mire mi reloj de pared- doce y quince de la noche, por ende ya es 10 de febrero.
-¿Mañana podemos ir al parque? -acaricio mi mejilla-.
-Claro -sonrei- si tú quieres.
-¿No te hará mal?.
-Mal me haría que vayas sola, pero no, no me vendrá mal tomar un poco de aire libre.
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𝑬𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒅𝒆𝒐𝒋𝒖𝒆𝒈𝒐𝒔 - Blake talabis y tú
DiversosT/n, una adolescente de familia humilde pero inteligente, recibe su primer objeto tecnológico propio. Este le permitirá conocer a alguien y quiza más adelante... enamorarse. Tal vez no haber obedecido a su madre no estaba del todo mal.