CAPÍTULO 06

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(En multimedia el corsé que lleva Pandora en el club)

UN CAFÉ EN SIENA.

Pandora

—Hola enmascarado, nos volvemos a ver —le ronroneo al oído, sentándome a horcajadas sobre su regazo, sintiendo su erección sobre mi entrepierna, dispuesta a comerle la boca como un animal sediento y hambriento.

Corresponde mi beso con la misma ferocidad, aumentando poco a poco la intensidad, mientras desliza sus manos hacia mi culo, agarrándolo con fuerza. Ni siquiera pide permiso, abre mi boca y mete su lengua. Aseguro mis manos en su cara mientras muevo mis caderas en círculos, aumentando el roce su mi pelvis contra su marcada entrepierna. Aprieta mis nalgas, acortando la poca distancia que quedaba entre nosotros, aumentando la velocidad del beso, haciendo que quiera arder en el inframundo de deseo. Llevo mis manos a su pecho, palpando a través de su camisa su trabajado cuerpo mientras sus manos siguen en mi culo, joder, sólo con este roce mi entrepierna ya está empapada y lista para que la complazcan.

Nos separamos por falta de aire y es ahí cuando me dedico a observar y detallar su rostro sin máscara. Ojos color mar, piel bendecida por el sol, facciones elegantes, firmes e intimidantes y labios carnosos e hinchados por el beso.

—¿Me has echado de menos? —pregunto desciendo lentamente mi mano por su abdomen, pasando por el cinturón hasta llegar al bulto que grita por ser liberado, lo acaricio sobre la tela, logrando que su cuerpo se tense—. Por como tu cuerpo responde, creo que la respuesta es que sí. Hoy estas de suerte enmascarado, mi cuerpo también te añora y me he levantado con ganas de jugar.

Intento levantarme, pero sus brazos me lo impiden, pues vuelve a acercar mi cuerpo al suyo hasta que mi rostro queda a centímetros de suyo.

—Baila para mí —sisea palabra por palabra con esa voz ronca que solo hace que mi tanga se empape aún más. Por Zeus, me va a dar un orgasmo sin siquiera tocarme, su voz es más que suficiente para incrementar mi excitación—. Báilame como le has bailado al idiota de antes.

Esta celoso y me encanta que lo este.

—Sus oscuros deseos son órdenes para mí —le concedo el deseo.

Me alejo de su regazo hasta quedar frente a él y comienzo a mover las caderas al ritmo imaginario que mi mente marca. Lo hago de forma lenta y provocativa, mordiendo mi labio inferior y acercándome a pasos lentos hacia su posición. Su mirada lujuriosa prende mi cuerpo como nunca. Sigo bailando hasta quedar de rodillas frente a él, vuelvo a pasar mis manos por su camisa, desabrochando los botones de esta de forma lenta, tortuosa y placentera, pues el roce de mis dedos con su piel hace que la mía se erice y estremezca. Deslizo la camisa por su cuerpo, admirando su trabajado cuerpo lleno de tinta, y la lanzo a algún lugar de la habitación para después céntrame en desabrochar, con la misma lentitud que antes, su cinturón y pantalón, liberando su dura erección.

Desde mi posición lo miro, y pese a la luz tenue de la habitación, el azul de sus ojos resalta en su rostro. Noto como esa mirada se va oscureciendo conforme deduce lo que voy a hacer a continuación, pues echa la cabeza hacia atrás justo cuando paso mi lengua por toda su extensión, desde la base hasta la punta, como si de un helado se tratase, lamiendo el líquido pre seminal de su punta. Lo acaricio con mi mano, de arriba abajo, para después llevármelo a la boca y continuar la tarea. Juego con sus testículos mientras chupo, lamo y acaricio sus venas marcadas de su miembro con mis dientes. Escucho como emite jadeos y gemidos sordos, logrando que aumente más mi deseo por follarlo duro. Sus manos se enredan en mi pelo, marcando el ritmo de mis lamidas, hasta que siento como su cuerpo se tensa y se derrama en mi boca. Trago el líquido espeso bajo su atenta mirada, limpiando el exceso que ha quedado en la comisura de mis labios con el dedo corazón y después me lo llevo a mis labios, chupándolo de forma lenta, esbozando una sonrisa coqueta.

PANDORA © (Sombras #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora