CAPÍTULO 12

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NAUGHTY GIRL.

Pandora

Esquivo y devuelvo los ataques de Marco con las barras de caña, haciéndole retroceder unos pasos mientras yo sigo atacando sin descanso.

—No has perdido el toque —dice antes de intentar otro movimiento.

Giro, haciendo que el golpe quede en el aire y que su centro de gravedad de desestabilice.

—Que no haya pisado una central en años no significa que no haya seguido entrenando —caminamos en círculo, enfrentados y mirándonos a los ojos, esperando a que el otro dé el próximo movimiento.

Aprovecho los segundos de distracción del un ruido de una puerta abrirse y le ataco, con las cañas a ambos lados de su abdomen, una logra esquivarla y la otra impacta en su piel, provocando que suelte un leve quejido, pero reacciona con rapidez y me golpea el brazo, haciéndome tambalear mientras retrocedo.

—Estas jugando sucio —advierte volviéndose a colocar en posición de ataque, cruzando las cañas sobre su pecho.

—Nunca juego limpio —imito su postura y volvemos a atacar.

Pasan los minutos en los que el agotamiento se hace presente, el sudor baña ligeramente mi piel porcelana y los movimientos de Marco se hacen predecibles, lo que me permite dar el ataque final, en el que cree que he fallado, pero no es así, porque terminamos con nuestros cuerpos a centímetros, con sus cañas en mi cuello y una mía en su espalda, apuntándolo.

—Gané —se vanagloria sonriendo.

—¿Tú crees? —pregunto pícara ladeando una sonrisa—. Mira abajo —su mirada baja lentamente hacia donde esta mi otra caña, justo en su entrepierna, dándome la victoria. Ríe nasalmente mientras rueda los ojos y relame sus dientes, asumiendo que le he ganado.

—Yo siempre gano, león —recojo las cañas y las llevo a su lugar para guardarlas.

—Se me olvidaba que hablaba con la reina de la oscuridad, la temida Cazadora —me pasa una toalla y una botella de agua, las cojo y me hidrato mientras recupero la respiración.

—Por suerte o por desgracia, así es —respondo más para mí misma—. Necesito una ducha, nos vemos ahora —me despido moviendo mi mano y emprendo el camino hacia mi habitación de la central a tomar una ducha fría para aliviar el calor del entrenamiento.

No tardo mucho en la tarea porque antes de llegar a la habitación me llegó una notificación de Dante, avisándome de que ya habían traído el cadáver de la mujer de Praga a la morgue y que fuera a su despacho después de mi entrenamiento.

No me pongo el uniforme militar debido a que tengo asuntos pendientes fuera de la central, por lo que opto por una blusa negra y unos vaqueros anchos también negros, junto con unas sandalias que dejé aquí cuando traje algunas cosas para las ocasiones en las que necesitara pasar la noche en la central.

Camino hacia el despacho de Dante mientras me trenzo y recojo el pelo, saludando a algunos agentes que cruzan los pasillos al mismo tiempo.

Ignoro a su secretaria que siempre me pone mala cara y me dice que esta ocupado cuando casi nunca lo esta, y entro sin llamar a su despacho, encontrándolo concentrado en la pantalla del ordenador y en los planos que hay esparcidos por toda la mesa.

Levanta la mirada cuando nota mi presencia y deja todo lo que estaba haciendo para prestarme atención.

—Acaban de dejar el cuerpo —me dice mientras yo me dirijo a una esquina del despacho, donde han dejado algunas cajas con cosas que mandé a traer.

PANDORA © (Sombras #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora