CAPÍTULO 35

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MUJER DOLIDA HUELE A PELIGRO.

Pandora

¿Qué hay más peligroso que una mujer poderosa? Una mujer rota. ¿Y qué pasa cuando es una combinación de ambas? Mejor no estar cerca cuando estalle.

También dicen que la mujer más peligrosa es la que más ha sufrido porque sabe que a casi todo se puede sobrevivir. Cuánta razón. Algunos se preguntan cómo es posible que siga viva y de una pieza. A veces yo también me lo pregunto... Supongo que sigue siendo un misterio.

Me mintió y me traicionó incumpliendo una de las promesas que sellamos en Cinque Terre. Era una sencilla promesa, una exclusividad sexual ambiciosa para que dejáramos fluir todo lo que burbujeaba en nuestras entrañas. Se ve que era algo demasiado difícil de prometer cuando hubo una crisis.

Sin embargo, una parte de mí sabe que no debería reclamarle nada porque yo había hecho cosas peores, como mentir sobre su hermano. Lía sigue siendo su mujer, y yo era la amante cuando el incidente pasó, lo que no me daría derecho a enfadarme por lo que hizo. Pero me enfadé mucho.

Me cabreé, no por ese simple polvo por despecho que, si me lo hubiera dicho, yo lo habría pasado y no le habría dado importancia. Mi enfado iba más allá de eso. Los acontecimientos de ese día golpearon mi alma, recordándome cosas que no podrán pasar en mi vida y que tendría que resignarme a verlo en la gente que me rodea.

Si tan solo lo hubiese dicho en su momento... Nos habríamos ahorrado mucho y nuestra relación no pendería de un hilo. Me quedé rota por aquello. Una daga directa al corazón deja heridas que tardan en sanar, y aunque en mi interior lo deseé, la parte racional y vengativa gana la partida.

Cumplí lo que dije. Me alejé de Dante y no he querido saber nada de él en las dos semanas y media que he estado viviendo en la última planta de uno de mis hoteles. Siempre, en todos los hoteles de mi cadena, hay una planta extra privada reservada para mí, mi familia o conocidos. Y es donde he pasado estos días.

En la comodidad de la privacidad. En la oscuridad de mis pensamientos. En la soledad de las sábanas a mi lado.

Me obligué a no pensar en nada que tenga que ver con la SOMFE, Dante o Claus. Decidí que por dos semanas sería Pandora Fiore, la empresaria de éxito, la oveja negra despiadada hace emerger empresas como si fuera coser y cantar. Anulé los otros pensamientos, al menos por el día, y me concentré en mantener la mente ocupada. Pero por la noche, la sed de venganza y un corazón sombrío y dolido arañaban mi alma suplicando por atención y protagonismo.

«Poco a poco, pequeña. La venganza es más divertida si se sirve lenta y muy fría» le decía a mi mente cada vez que me acostaba con la intención de dormir.

Mi móvil empieza a vibrar, anunciando la llamada que esperaba con ansias, mientras me tomaba una deliciosa tostada y un café con vistas al Duomo.

—Dime que mi médico de urgencias preferida tiene esos sumamente importantes resultados que llevo esperando días —Zia odia que la aluden, pero tengo que endulzarme el día de alguna manera.

No te imaginas lo que me ha costado sobornar a la genetista para que te hiciera el estudio con preferencia y sin hacer preguntas.

—Seguro que todo se arreglará con un bonito vestido caro y unas vacaciones en el paraíso —doy un sorbo a la taza con una media sonrisa, una sonrisa perversa.

¿Y unos zapatos? —sube el precio de sus servicios.

—También —lo que pide es una nimiedad comparada con las absurdas cantidades que llego a tener que pagar en otro tipo de tratos—. ¿Y bien?

PANDORA © (Sombras #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora