CAPÍTULO 26

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DUBÁI EN LLAMAS.

Pandora

—Shh. ¿Os queréis callar? —es la tercera vez que las mando a callar en cinco minutos y ya comienzo a impacientarme—. La vamos a despertar y adiós sorpresa.

Hoy comienza la despedida de soltera de Diana y, como queremos que sea sorpresa, qué mejor que drogarla y "secuestrarla" hacia el destino de la fiesta: Dubái. Pero como el resto no se calla, puede que la sorpresa dure menos de lo que esperaba.

Después de mandarlas a callar, y de abrir la puerta de su casa, avanzamos rápidas a su dormitorio, dando gracias mentalmente de que su pareja tenga turno de noche y solo este ella, pues así solo tengo que drogar a una persona y no a dos.

—¿Se ha tomado las cápsulas que te dí? —le susurro a Zia que va detrás de mí.

—Sí. Se las mezclé en el café que siempre se toma por las tardes. Tiene que estar profundamente dormida.

Perfecto.

Saco del bolsillo del pantalón el frasco con el sedante que suelo utilizar en las misiones y lo coloco muy cerca de su rostro, para que inhale parte de su contenido y caiga en un sueño aún más profundo. Así será más fácil cogerla y meterla en el avión sin que se despierte en el trayecto.

Mientras yo la duermo, Laura prepara a velocidad de la luz su equipaje, Aria coge sus cosas personales, deja una nota a su prometido, y Zia y yo la cargamos en brazos y avisamos a Skylar, que está en la calle con el coche listo para la "huida".

No puedo evitar reírme en el transcurso del peculiar inicio de su despedida y ver como mis amigas hacen de agentes por un día, todas vestidas de negro y compenetradas entre sí.

Despegamos y comenzamos a surcar los cielos con los primeros rayos del amanecer. El reloj de muñeca marcaba las siete de la mañana, lo que significaba que llegaríamos sobre el medio día hora italiana y a las dos de la tarde en Dubái por el cambio horario.

Aprovechamos que tenemos el avión privado para nosotras y nos ponemos cómodas, vistiéndonos con ropa cómoda pero acorde con nuestra primera parada, sentándonos alrededor de la mesa llena de comida y bebida.

No le quito ojo a Diana en todo momento desde que la dejamos descansar en el sofá, controlando que su respiración sea normal. Según mis cálculos, no faltará mucho para que abra los ojos y descubra la sorpresa.

Justo como supuse, despierta a la hora de despegar, llevándose una mano al pecho y moviendo los ojos en todas direcciones, tratando de ubicarse y descifrar lo que está sucediendo.

—¿Dónde estamos? —pregunta, aún un poco adormilada y desorientada.

Todas emitimos una risa breve por su pregunta.

—¿No es obvio? Estamos en un avión —me burlo un poco de ella mientras le doy vueltas al café con la cuchara.

—Oficialmente, acaba de empezar la despedida de soltera de Diana Cali, próximamente la señora Diana De Luca —Laura me roba las palabras y le da el énfasis que el momento amerita.

En un segundo, la mirada de Diana pasa de la confusión al entusiasmo, instalándose ese brillo especial en sus ojos.

—¿Cuál es el destino? —pregunta ya más despierta y ansiosa mientras acepta la taza que Aria le tiende.

—Es secreto. No lo sabrás hasta que pises la pista de aterrizaje —dice esta cuando se sienta a su lado.

Nos pone mala cara a todas por dejarla con la intriga, ya que ella odia las sorpresa

PANDORA © (Sombras #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora