Capítulo 4

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Era jueves y estaba un poco saturada de toda la semana. Se me ocurrió escribirle a Marina y tomarnos algo en el King’s. Además se lo debía por el plantón del otro día.

Yo
Buenas tardes, es aquí el teléfono de mi amiga?

Marina
Hombre Luisi!
Buenas tardes
Yo pensaba que se te había roto el móvil o algo
Menos mal que te sigo por twitter  y veo que estás viva

Yo
No seas tonta Marina
Tienes planes para luego?

Marina
Ummm no!
Que me propones?

Yo
En media hora termino aquí en el Asturiano
Quieres unas cervezas en el King’s?
Te invito por lo del otro día 🙂

Marina
Te tomo la palabra y me dejo el monedero en casa
Hoy paga la Luisi!!

Yo
Eso es un sí, verdad?
Pues a las 8 nos vemos en la puerta?
No cenes que seguro que María tampoco habrá cenado y cenamos con ella

Marina
Perfecto a las 8 allí
Y tranquila que no iba a cenar a las 7 de la tarde, no soy tan giri ;)

Pues ya tenía plan. Nada más terminar en el Asturiano, me subí a casa y me duché. No tenía pensado arreglarme mucho, un pantalón vaquero, mis vans y alguna blusa. Era jueves y además, íbamos al pub de mi hermana, y con Marina. Arreglarme no estaba entre mis planes.

A las 8 en punto estaba en la puerta, y vi llegar a Marina.

- Hombre Luisi, a mis brazos. –me  dijo Marina abriendo sus brazos para que la abrazase.

- ¡Mira qué eres tonta! –dije mientras apretaba más fuerte el abrazo.

- Te he echado hasta de menos, fíjate. –dijo mientras nos separábamos del abrazo.

- Siempre me echas de menos, yo lo sé, pero te haces la dura porque te gusta. Anda vamos a entrar.

Mientras bajábamos, Marina iba comentándome su día en la radio. Habían ido los chicos y chicas de prácticas, y esperaba que no le tocase alguien muy polluelo. Llegamos a la barra, y ahí estaba mi hermana María de espaldas.

- Hola guapa, ¿estás sola? –dije intentando cambiar la voz.

- Perdona estoy trabajando…–dijo mientras se giraba–. Luisi… ¡mira que eres tonta! –me lanzó la balleta que tenía en la mano–. Hola Marina, ¡cuánto tiempo!

- Hola María. La verdad es que sí, llevaba tiempo sin pasarme por aquí.

- Bueno ¿qué os pongo chicas? –dijo María.

- Pues que diga tu hermana, que es la que va a pagar hoy –dijo Marina.

- ¿Ah sí? Pues voy a sacar unas Alhambras 1925…, que tanto le gustan a mi Luisi.

- A ver, a ver, tampoco os paséis. Aún no tengo mi plaza con mi buen sueldo, como para ir derrochando. Pon dos cañas y a las Alhambras ya si eso, nos invitas tú en un rato –le guiñé el ojo a mi hermana que movía la cabeza en modo negación–. Por cierto María, no hemos cenado y como supongo que tú tampoco, ¿quieres que encargue unas pizzas y nos las comemos cuando venga Gonzalo?

- Ah… pues vale, encárgalas en el sitio de siempre.  Dile que son para el King’s así nos hacen descuento. Sobre las 9 o 9:30 supongo que llegará.

- Vale, ahora las encargo.

Marina y yo cogimos nuestras cervezas y nos fuimos a un reservado.

- Oye Marina, y del chico ese que estabas conociendo, ¿qué tal?

Aunque tú no lo sepasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora