Capítulo 2

2.6K 192 40
                                    

Ya son varios días que veo a esa pareja en el Asturiano a la hora del desayuno. Siempre me fijo en el brillo de ojos de la morena. Te tienes que sentir tan especial... Cuando esa persona, a la que quieres, te mira, con esos ojos tan bonitos, como si nadie más existiera... Ojalá algún día, alguien me pueda mirar así, con tanto amor.

He podido confirmar que algo tienen, porque las he visto dándose un par de besos, no es que las esté espiando, sino que, ha sido casualidad el mirar hacía su mesa y que se besen.

Estaba una mañana embobada mirándolas, cuando apareció Marina por el bar. Yo ni la escuché.

- Luisi ...

No os pasa qué cuando estáis en otro mundo, ¿desconectáis? Pues a mí me pasa mucho.

- ¡Luisiiii!

- Ay Marina ¡qué susto! –Sobresaltada.

- Susto el mío que creía que te había dado un ictus o algo –dijo riéndose.

- Estaba en mi mundo.

- Ya, me di cuenta. ¿Qué miras tanto?

- A esa pareja, es que me parece tan bonito el amor ... –le hice un gesto con la cabeza.

- Eso no es lo que dices cuándo ...

- ¡Cállate! Bueno que... ¿un café? –Marina afirmó con la cabeza.

Marina es amiga mía desde el instituto, si alguien me conoce al a perfección es ella. Es una de las personas más buenas que conozco, pero que voy a decir yo, si es mi amiga. Nos conocimos en tercero de la ESO. Al principio me daba un poco de vergüenza hablar con ella (soy una persona muy vergonzosa), porque se la veía una persona de lo más segura de sí misma y yo, pues ... era todo lo contrario. Pero cuando empezamos a hablar nos hicimos inseparables. Siempre ha estado a mi lado apoyándome, da igual lo que hiciera o las veces que la cagase, que ella estaba ahí, conmigo. Ha sido mi paño de lágrimas, mi compañera de batallas, de risas, de borracheras. Es una persona muy comprensiva, y aunque la primera impresión que tengas de ella es de ser una persona seria, nada que ver, todo lo contrario.

- ¿Qué te trae por aquí? –le dije mientras le dejaba el café en la barra.

- ¿Qué pasa, que no puedo visitar a mi amiga? Hoy tenía libre en la radio y he dicho voy a ver a la Luisi que sino la próxima vez que la vea ha pegado el estirón y no la reconozco. –sonrió.

- Ja, ja, ja, me parto contigo Marina. ¿Qué tal por la radio?

- Bien, sin muchas novedades, y tú, ¿cómo llevas la opo? ¿Cuántos temas te sabes ya?

- Si has venido a deprimirme puedes irte. –Le dije muy seria. Mi familia y mis amigos se piensan que, esto de una oposición es, sentarte en el escritorio y ya te sabes un tema, pero no, es algo que cuesta. Cuesta preparar los temas a tu manera y adaptados al tiempo que te dan en el examen para escribirlo, ponerte a estudiar, repasar, volver a estudiar, uf. Es algo que me está costando mucho y no quiero que me agobien.

- Es broma mujer. ¿A qué hora sales? ¿Nos vamos de compras? Di que sí porfi –me dijo haciendo pucheros.

- Pues de aquí tengo que ir al cole a por los monstruos ya casa, ¿quieres que vayamos esta tarde?

- Perfecto. Toma cóbrate. –Y dejó un billete encima de la barra.

- Anda quita, esta tarde me invitas a uno y listo.

- Qué cabezona eres ... Bueno, esta tarde sobre las 5, te espero en la plaza. ¡Adiós bonica!

- ¡¡Adiós!!

Eran las 4 y ya me estaba preparando, no me gusta llegar tarde, odio a la gente que llega más de 5 minutos tarde y menos mal que Marina es igual que yo. 

Mi móvil empezó a sonar y vi que era mi hermana María:

-Buenas tardes hermana mía.

- Ay Luisi ... 

- Uy, ¿qué pasa?

- Pues... que te necesito –dijo muy agobiada.

- ¿Problemas en el paraíso? –siempre me metía con ella y con Ignacio. Llevaban más de media vida juntos y se querían muchísimo, pero de vez en cuando, tenían las típicas discusiones de casados, como ella las llamaba. Cuando pasaba eso, siempre me llamaba para desahogarse.

- En el paraíso todo bien, como siempre. –escuché una leve risa.– Es por el Kings, Gonzalo me acaba de llamar que no puede ir esta tarde, le ha salido un casting, y ya sabes cómo son, puede ser que te tires 10 minutos o toda la tarde. Así qué, necesito que vengas a cubrirlo.

- María...–suspiré–, he quedado con Marina, y para una vez que los astros se alinean para que quedemos...

-Luisi... –dijo con voz de pena.

- Es que hace mucho que no pasamos un rato juntas, entre sus horarios y los míos no coincidimos.

- Porfa Luisi, sabes que si tuviera a alguien, no te llamaría.

- Bueno... Está bien –dije resignada– espero que me pagues bien ¡eh!

- ¡Qué pesetera eres!

- María la época de las pesetas ya pasó –dije riéndome.

- Anda calla... A las 5 allí. ¡Te quiero!

- ¡Y yo a ti, pelota!

Nada más colgar con María, llamé a Marina.

- Dime Luisi.

- Tengo malas noticias... –le dije muy seria.

- ¿Te has liado con un tío?

- Marina, deja de decir tonterías –me reí.

- Yo qué sé, me llamas a un rato de quedar con esa voz preocupada, y me espero cualquier cosa. –dijo con un tono divertido.

- Si pues vaya cosas las tuyas, si sabes que del bar no salgo, no sé con quién me voy a liar, además Marina... ¿con un tío?

- Yo que sé Luisi, la desesperación, no sé, de ti me puedo esperar cualquier cosa. Además que te recuerdo aquel día en la discoteca...

- Fallos los tiene cualquiera, ¿vale? –dije cortándole– Bueno, a lo que iba, María me ha llamado y tengo que ir al King's a cubrir a Gonzalo.

- ¡Ah bueno! Si es por Gonzalo, no me enfado.

- ¡Qué tonta! –dije riendo– Lo siento mucho, de verdad. Me apetecía mucho ir de compras contigo...

- No te preocupes anda, el trabajo es el trabajo. Ya nos vemos otro día sin falta.

- ¡Sí! Anda te dejo que voy a llegar tarde al King's. Por cierto, lo siento, otra vez.

- Que no pasa nada Luisi...

- ¡Eres la mejor!

- Lo sé Luisi, por eso eres mi amiga –rio.

- Como lo sabes, ¡eh! ¡Hasta luego!

- ¡Qué vaya bien la tarde, Luisi!

A las 5 ya estaba en el King's con el uniforme y abriendo el local. Últimamente se estaba poniendo más de moda, y los fines de semana se llenaba, pero entre semana por las tardes, había poca cosa la verdad. Por eso, María solo abría las tardes del miércoles al domingo. Decía que así por lo menos, amortizaba el local y algo se sacaba con los cafés, las cervezas y alguna que otra copa. María era actriz, había salido en un par de series y en algunas películas, pero ahora mismo no tenía trabajo. Ella es una persona que no puede estar quieta esperando que la llamasen para algún casting. Por eso abrió el King's, porque sabía que la profesión de actriz, un día puedes tener trabajo pero al día siguiente nadie te conoce. Por esta razón, ella quería tener su propio negocio. Así nació la idea del King's. Por lo tanto, con apenas 30 años, María era toda una empresaria y actriz. Y yo no podía estar más orgullosa de ella, porque lo que se proponía, conseguía.

Aunque tú no lo sepasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora