La mañana estaba siendo muy tranquila, aunque para ser mitad de semana, era lo más normal. Viendo la paz que había en el bar, le dije a mi abuelo que me iba a poner en una mesa en la terraza para repasar unas cosas en el ordenador. Si la gente se animaba y el bar comenzaba a llenarse, entraría a ayudarlo.
Estaba con mi portátil cuando una voz hizo que me sobresaltara.
- ¡Hola Luisita!
- ¡Ay! –puse la mano en el pecho–. Hola Amelia.
- Perdón si te he asustado. –dijo sonriendo.
- No, no te preocupes, es que estaba aquí tan concentrada…–señalé al ordenador– ¿Qué vienes al bar?
- Sí, había quedado con Nuria, ¿sabes si está dentro? –señaló la puerta.
- Que va, dentro está vacío, por eso me he puesto aquí fuera a hacer unas cosas de la oposición.
- ¿De la oposición? –dijo un poco extrañada.
- Sí, las oposiciones de maestros. Es que soy maestra y me las estoy preparando, pero como no tienen fecha exacta, voy poco a poco. –le expliqué.
- Mi padre quería que estudiase magisterio o enfermería… –bajó un poco la cabeza mientras su rostro se volvía serio.
- ¿Y tú no querías, no? Tú querías ser actriz –sonreí.
- Correcto. Él decía que ser actriz no era una buena carrera para su hija porque ese mundo solo traía problemas… Pero no te quiero molestar Luisita.
- No molestas Amelia… ¿Quieres sentarte? Así mientras viene Nuria te hago compañía, si quieres. –dije mientras le ofrecía asiento.
- Vale, pero con una condición. –sonrió.
- ¿Cuál?
- Que me dejes invitarte a una cerveza, que te la debo. Aunque si no quieres cerveza, puedo invitarte a cualquier otra cosa, estamos en un bar –levantó la mano y señaló la puerta del Asturiano.
- Una cerveza está bien…Espera –dije mientras me levantaba de la silla– voy a por ellas.
- No, no, tú espérate aquí, así entro y saludo a tu abuelo. –dijo cogiéndome del brazo y con ese ligero contacto, mi piel se erizó.
- Está bien. –Suspiré, me sonrió y se metió dentro del bar.
Mientras Amelia estaba dentro hablando con mi abuelo, yo no dejaba de pensar en lo buena que parecía Amelia y la suerte que tenía Nuria. También en lo guapa. Hoy estaba extremadamente guapa. Iba con un vaquero, una blusa amarilla y un pañuelo en la cabeza a juego. Un modelito cualquiera que, si se lo pone otra persona, no le quedaría tan sumamente bien como le queda a ella. ¿Habrá algo que le quede mal a esta mujer? Mientras divagaba conmigo misma, Amelia volvió con dos cañas en la mano.
- Aquí están las cervecitas bien frías. –las puso en la mesa y se sentó a mi lado.
- Muchas gracias Amelia, no hacía falta.
- Que sí Luisita, además Nuria me acaba de avisar que su reunión se ha atrasado y va a tardar un rato en llegar.
- Vaya… –cogí mi cerveza para darle un trago.
- Pero cuando te tengas que ir, te vas ¡eh! Que tampoco quiero estar aquí reteniéndote. –sonrió.
- No digas tonterías Amelia, si hasta –miré el reloj– dentro de una hora, no tengo que ir a recoger a mis hermanos al colegio.
- ¡Anda! ¿Tienes más hermanos? Pensaba que solo eráis María y tú.
- ¿Solo María y yo? –comencé a reírme–. ¡Qué va! Si somos 8 hermanos.
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Aunque tú no lo sepas
FanficYo no quiero ser tuya ni que tú seas mía, quiero que pudiendo ser con cualquiera nos resulte más fácil ser con nosotras. Elvira Sastre