Odio los lunes. Odio tener que bajar tan temprano a trabajar al bar. Odio madrugar. Ayer nada más llegar y comer algo, me metí en la cama, creo que mi cuerpo necesitaba más de 24 horas durmiendo para recuperarse. El sofá era cómodo, pero es que yo si no duermo en mi cama, no descanso. Me ha pasado siempre, desde que era pequeña y me iba a hacer fiestas de pijamas a casa de mis amigas, hasta ahora cuando duermo en casa de mi hermana María. Soy una persona con manías, lo admito. Y si no descanso bien, tengo un humor de perros.
El día estaba yendo de lo más normal para el resto del mundo, menos para mí. Seguía cansada, y ese cansancio se había transformado en mala leche. Como soy consciente de que, cuando me pongo así soy un poco insoportable, le pedí a mi abuelo quince minutos para almorzar tranquilamente, a ver si la comida arreglaba mi estado de ánimo.
Nada más sentarme en la terraza, mi móvil comenzó a sonar.
- ¡Luisi! ¿Cómo estamos?
- Bien, intentando almorzar tranquila.
- Mira que eres borde, ¡de verdad! Yo que te llamaba para hablar de un asuntillo…
- A ver, dime qué asuntillo es tan importante para que me llames.
- Lourdes me dijo ayer, que Amelia y tú os fuisteis juntas, ¿no tienes nada que contarme, pajarilla?
- ¿Qué quieres que te cuente? La que debería contarme cosas eres tú, que ahora eres una Ordóñez más y aún no me has contado nada. Porque Lourdes ya te ha acogido como su cuñada favorita.
- No cambies de tema, que yo he preguntado antes. Además, que he sido yo la que ha llamado para preguntar, ósea qué, cuéntamelo todo. –puso énfasis en las dos últimas palabras.
- A la que le encanta cambiar de tema es a ti Marina. Eres una especialista. –suspiré–. Sí, nos fuimos juntas, pero no es lo que te piensas.
- ¿Y qué es lo que estoy pensando? A ver si ahora eres Esperanza Gracia y no lo sabía.
- ¿Esa no es la de los horóscopos? ¡Qué tendrá que ver, Marina! Pues conociéndote te pensarás cosas que no han pasado.
- Bueno..., pues cuéntame qué pasó exactamente.
- A ver, se vino conmigo porque le había hablado su ex.
- ¡¿Qué me dices?!
- Como lo oyes… Que quería hablar con ella, y claro, como Amelia es muy buena, pues fue. Aunque también me dijo que iba porque necesitaba hablar con ella del tema piso, que quería quedarse ella con el piso, que no veía justo que Nuria siguiera allí, y ella en casa de Natalia. Tiene más razón que un santo, aquí la que ha hecho las cosas mal es Nuria, ahora que apechugue y se busque un piso. Amelia tiene que vivir en el barrio.
- ¿Y por qué tiene que vivir en el barrio? ¿Para tenerla más cerca?
- ¡Dios Marina, no te soporto!
- ¿Por qué digo verdades como templos?
- No. Porque eres muy tonta y piensas cosas…
- Que no son… Ya me sé tú cantinela. Pero Luisi, admítelo, te gusta tenerla cerca, no pasa nada porque llames las cosas como son.
- ¿Y cómo son?
- Pues que te gusta, y fin.
- Mira Marina, me está llamando mi abuelo, tengo que volver al trabajo.
- Sí, huye como una cobarde, pero ya vendrás a buscarme y me darás la razón.
- Si tú lo dices… Anda, hablamos más tarde.
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Aunque tú no lo sepas
FanficYo no quiero ser tuya ni que tú seas mía, quiero que pudiendo ser con cualquiera nos resulte más fácil ser con nosotras. Elvira Sastre