Capítulo 16

2K 211 80
                                    

El sonido de la alarma me despertó. Con forme abrí los ojos, un enorme dolor de cabeza de adueñó de mi. Posiblemente fuera consecuencia de llorar hasta no poder más. Me pegué una ducha y bajé al Asturiano. Cuando entré por la puerta, mi abuelo me miró preocupado.

- Charrita, ¿te encuentras bien?

- Sí, no se preocupe abuelo. –dije mientras me ponía el mandil.

- Tú cara no dice eso.

- Vaya abuelo, gracias por lo que acaba de insinuar. –intenté sonreír– De verdad que no se preocupe, que estoy bien. Una mala noche la tiene cualquiera.

- Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿verdad hija? –me dijo mientras me cogía de las manos.

- Lo sé abuelo. –sonreí.

Me puse a preparar las comandas que mi abuelo me iba pasando. Sinceramente no tenía muchas ganas de ir poniéndoles buena cara a los clientes. Podía parecer egoísta, pero era así.

Estaba de espaldas preparando unos cafés en la máquina cuando una voz me sacó de mi mundo.

- ¡Hombre Luisi! Menos mal que tu abuelo me ha dicho que estabas aquí, porque si tengo que esperar a que te dignes a contestarme… ¡Antes me caso! –dijo Marina.

- Ay, perdón Marina.

- Luisi, ¿y esa cara? ¿Le ha pasado algo a alguien de tu familia?

- Que va, están todos bien. Es que no he dormido muy allá.

- Te invito a que me pongas un café y me cuentes, que nos conocemos…

Eso hice, le puse un café para ella y otro para mí.

- Bueno... ¿me lo cuentas?

- Sí… Ayer se me olvidó contarte lo que pasó al final.

- ¿Por qué te crees que estoy aquí? Y no te llamé anoche porque me quedé dormida, sino…

- Ya Marina, si es que cuando llegué a casa me acosté…

- Venga Luisi, empieza a contarme. –me interrumpió.

- Pues a ver, al final llegó Amelia, las pilló, se lió una en el King’s…

- ¡¿Se pegaron?! –dijo Marina abriendo los ojos a modo de sorpresa.

- ¡Qué va! ¡No seas bruta! Solo pues, que hablaron un poco más alto de lo habitual. Bueno, más bien Amelia.

- ¿Pero las vio besándose?

- A ver… Yo estaba de espaldas, pero por lo que dijo Amelia cuando empezó a hablar con Nuria, sí, las vio, sí.

- Madre mía Luisi… ¡¿Y qué hacías de espaldas alma de cántaro?! Para una cosa que debes hacer…

- Pues estaba de espaldas para que no me viera Nuria y Sofía. Pero si te digo la verdad, yo no tenía esperanzas en que Amelia apareciera.

- Para no tener esperanzas… Apareció y las pilló.

- Si tú la vieras Marina… Amelia estaba destrozada.

- Normal Luisi, no es plato de buen gusto ver eso…

- Ya... Pues eso, discutieron, Amelia salió del King’s y yo…yo fui detrás. –agaché la cabeza.

- ¿Qué hiciste qué?

- Marina no podía verla así, se me rompió el corazón al verla llorar. Estaba tan indefensa y pensé…pues que necesitaría hablar con alguien. Al principio salí y no la vi, pero la encontré enseguida. Pero tampoco hablamos mucho, fue corto porque vinieron a recogerla. Al menos le pude dar un abrazo.

Aunque tú no lo sepasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora