Para no trabajar el sábado, tuve que hacer turno doble el viernes, es decir, trabajé toda la tarde y la noche. En otro momento de mi vida si mi hermana me lo hubiera planteado, quizás hubiera puesto el grito en el cielo o cualquier otra cosa peor. Pero, en este caso, tener el torneo de Beer pong me suponía un gran subidón y siendo sincera, no me hubiera importado trabajar toda la semana sin descanso.
La noche del viernes fue de lo más movida en el King’s, ya que se llenó hasta el último momento. Entre que recogimos y cerramos, llegué a casa a eso de las seis de la mañana. Menos mal que conseguí dormirme nada más tocar la cama.
El sábado me desperté más pronto de lo que me esperaba o más bien, me hubiera gustado. Si por mí fuera, hubiera dormido hasta la hora que había quedado con Amelia pero no fue así. María anunció que el torneo empezaría a las once para evitar que se alargase mucho y así una vez que finalizase aprovechar para estar allí bailando.
Al final entre muchas opciones, hizo lo mismo que con el bingo, para la pareja ganadora de la noche, había una cena en el restaurante de un hotel de la ciudad. Para nuestra sorpresa, se apuntaron muchas parejas, veinte para ser exactos. Entre esas veinte parejas estábamos Amelia y yo, y Marina y Mateo. Le pedí a mi hermana que nos pusiera en el mismo grupo para jugar, tenía ganas de enfrentarme a ellos, pero dijo que no, que no iba a haber preferencias para nadie, ni para su propia hermana. Así que lo hizo a sorteo con un programa que le dijo Ignacio.
A las diez y media ya estaba lista. Al final me decanté por un vestido de punto blanco, medias oscuras y botas. Quería ir cómoda, además, como hacía bastante frío, me decanté por mi abrigo de paño gris. Estaba en el sofá y cogí mi móvil para escribirle a Amelia y decirle que ya estaba lista.
Yo
Amelia, yo ya estoy lista
Cuando salgas de casa avísame y bajoAmelia
Yo estoy terminando de cenar, así que en diez minutos como mucho estoy.Yo
Acuérdate de que las once empieza, y aunque no seamos de las primeras parejas en jugar, quiero estar ahí para estudiar al contrario.Amelia
Vale, pues en siete minutos estoy.
Ni uno más, ni uno menos.A los cinco minutos de enviarme eso Amelia, me despedí de mis padres y bajé a la plaza a esperarla. Estaba ya cansada de estar ahí en el sofá esperando, por lo menos si estaba en la calle me entretendría viendo pasear a la gente, o incluso me daría tiempo a pasarme por el bar y darle un beso a mi abuelo, ya que por las horas que eran seguramente estuviera recogiendo todo para cerrar.
Estaba ya en la calle cuando recibí el mensaje de Amelia.
Amelia
Ya voy 🏃♀️Yo
Perfecto
estoy en la plaza, te veo aquí.En dos minutos apareció una Amelia andando a un paso muy ligero. Iba con un pantalón negro, un abrigo amarillo y se le veía un poco la camisa estampada en tonos marrones.
—¿Es que llegas tarde? —pregunté sonriendo.
—Pues sí, porque tengo una pareja que es una desesperada y quiere estar en el King’s la primera.
—Jo, Amelia, solo quiero estudiar al contrario —dije mientras hacia un puchero.
Se acercó, me dio un beso en la mejilla.
—Anda, no me hagas pucheros que ya estoy aquí. Además te recuerdo que he terminado hace nada la función, si yo no sé cómo me ha dado tiempo a todo. —Suspiró.
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Aunque tú no lo sepas
FanficYo no quiero ser tuya ni que tú seas mía, quiero que pudiendo ser con cualquiera nos resulte más fácil ser con nosotras. Elvira Sastre