Capítulo 5. 💙

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"Ella tiene una cara de ángel,

pero los ojos de quien crea un infierno".

—Ron Lorent.

Angel

Llevaba unos días trabajando para Hunter Dagger y hasta ahora no había pasado nada malo (menos mal), los últimos días el señor Dagger no estaba en la casa, así que no tenía que verlo tanto porque había días en los que llegaba cuando yo ya me había ido y solo tenía que verlo en las mañanas, eso era raro. Raro en el sentido de que esperaba verlo, pero a la vez no quería topármelo porque sentía que ese hombre era peligroso hasta cuando te miraba y tampoco sé, sí me miraba de más o solo lo debido y tampoco debía preocuparme, ¿no? Se suponía que no me tenía que preocupar, no obstante, estaba en su casa, así que aquí la intrusa era yo y no él. De todos modos, me sentía rara al estar trabajando para él, porque nunca en la vida pensé terminar aquí, precisamente en la casa del mismísimo Hunter Dagger.

Menos mal que las cosas estaban así y que el señor Dagger no pasaba mucho tiempo en casa, estaba consciente de que soy una mujer que muchas de las veces no se queda callada, sin embargo, tenía que hacer de tripas corazón para no decir algo imprudente y que esto fuera un pretexto para que el señor Dagger me echara de su casa con una patada en el trasero o peor. ¿Podía haber algo peor que me echara de su casa? Pues sí, que se desquitara conmigo o peor, con Callie.

No, no y no, tenía que dejar de pensar en esas cosas, aunque me era imposible sabiendo a lo que se dedicaba y es que tampoco podía hacerme la loca e ignorar el tema, los hombres como él son peligrosos y lo mejor es estar lejos o no meterse con ellos.

—» Lo dice quien se vino a meter a la casa del diablo.

Tuve que tomar medidas desesperadas ante tiempo desesperados.

Aquella mañana una mujer llegó a la mansión, ella era muy bonita, de cabellos rubios y una hermosa figura que resaltaba mucho más con la ropa que traía puesta. Se veía elegante, inteligente y un poco distante, me miró como si fuera un bicho raro, pero tampoco le di mucha importancia, tenía que entender que el mundo de los ricos es así y que siempre te van a mirar hacia abajo porque es lo que acostumbran hacer las personas con dinero o no todas porque Amara y sus padres no eran de ese tipo, ellos eran más bien amables y sencillos, por eso era mi mejor amiga de ser diferente nunca la habrían dejado hablarme o mirarme tan siquiera.

Estaba limpiando las uvas que Marie había traído esta mañana, tenía que limpiarlas, lavarlas y guardarlas en el refrigerador donde ya había dejado las fresas, frambuesas y la demás fruta. Dijo que al señor Dagger le gusta la fruta fresca y el café, más que nada el café por las mañanas. Tal vez es de esas personas que reviven con un buen café caliente y cargado, aunque para mí Hunter Dagger siempre estaba de mal humor, me parecía más a un Mogwai* rabioso que todo el día estaba de mal humor y que te miraba con desdén. Le rogaba al universo mucha paciencia para no soltar una grosería en su contra o alguna verdad que la fuera a tomar a mal.

—Hola —escuché y levanté la cabeza hacia la puerta. Bajo el umbral se encontraba la chica rubia con ropa bonita y cutis de ensueño. Se había pasado la mañana metida con el señor Dagger en su despacho y apenas la vi salir a ella porque de él ni sus luces.

—Hola, buenos días —saludé. Miré la hora en mi móvil y todavía no eran las doce de la tarde.

—Tú debes ser la nueva empleada de Hunter —más que una pregunta, aquello fue una afirmación. Se acercó con pasos pequeños y cautelosos hasta donde me encontraba, puso su mano derecha encima de la mesa de la isla. Manos bien cuidadas, piel sedosa, uñas largas e impolutas con las cuales empezó a repiquetear sobre el mármol.

Pacto con el diablo. (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora