Capítulo 12. 💙

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"Con miedo, pero

arriesgándome

a vivirlo".

—Jael Medina.

Angel

El tiempo que transcurrió desde que salimos del departamento y llegamos a la casa de Hunter Dagger fue relativamente corto. Me dediqué a mirar por la ventanilla. Se notaba la gran diferencia entre los ricos y los pobres, desde las aceras y las calles, los autos y las casas. Solo tenías que cruzar una calle y todo cambiaba, hasta el aire olía diferente, era más fresco, menos pesado.

Amara iba atrás con Callie y las dos no dejaban de platicar con Maykel como si estos tres ya se hubieran conocido desde antes. Para todos era bueno que se llevaran bien porque ahora que íbamos a vivir en esta casa se iban a ver más seguido. Maykel se la pasaba metido en la casa todo el día y si el señor Dagger no estaba él tampoco ponía un pie dentro. Maykel era el hombre de confianza del señor Dagger así que se la pasaban todo el día juntos, más que su abogado era su mejor amigo, aunque este no lo dijera, se notaba.

Al llegar a la casa tuvimos que esperar a que los guardias revisaran el camión con algunos aparatos que no había visto en mi vida. Abrieron la parte de atrás y echaron un vistazo dentro antes de dejarnos pasar. Los de la mudanza empezaron a bajar las cajas que metieron en la casa y fueron a la pequeña sala, Maykel les daba indicaciones y fue él quien les pagó a los hombres cuando terminaron de bajar todo.

—¡Me encanta! —gritó Callie nada más al dar un paso dentro. Ella no conocía esta parte de la casa —. ¡Es hermosa! —chilló y se echó a correr por todo el lugar para observar todo, cada esquina, habitación y baño que conformaban este lugar.

—Que hermoso lugar —Amara dejó su bolso encima del respaldo del sofá y, al igual que Callie, miraba el lugar de hito en hito —. No es por menospreciar el lugar donde vivían antes, pero esto es un palacio. Es cómoda.

—Allá afuera es más bonito —añadió Callie saliendo del pasillo que llevaba a las habitaciones —. Arriba es mucho más grande que aquí abajo, la cocina es un sueño. Voy a poder preparar pasteles y cupcakes, tartas de todo tipo, etc. —decía con ilusión.

—Todo en orden —Maykel entró a la sala donde nos encontrábamos las tres —. Y bienvenidas a su nuevo hogar —extendió los brazos y sonreí.

—Gracias, Maykel, por todo —bajó los brazos. Él también me sonrió.

—No me tienes que agradecer nada, fue Hunter quien hizo posible esto, así que...

—Sí, le daré las gracias a él —me sobé el brazo.

—Espero que su estancia aquí sea duradera y todo salga bien —añadió el castaño. Era sincero, lo podía leer en sus palabras y como las decía.

—Lo será, claro que lo será —comentó Callie —. ¡Tía Marie! —chilló y corrió hacia la entrada que daba al pasillo donde la tía Marie esperaba. Al vernos sonrió y recibió a Callie con un fuerte abrazo, ella ya estaba mucho mejor y yo me sentía feliz por verla así, más recuperada y con mejor salud.

—Mi niña —la apretó a ella —. Qué bueno que ya están aquí —Callie se separó de ella y se puso a su lado, abrazándola de lado —. Nunca pensé que alguien iba a ocupar este lugar —murmuró Marie.

—Y mira quien la vino a ocupar —añadió Maykel con un tono de voz juguetón. Ambos compartieron una mirada cómplice.

—Yo las dejo —Maykel miró la pantalla de su móvil —. Si necesitan que mañana les ayude a acomodar sus cosas solo me dicen. Angel, ya tienes mi número —asentí y miré a Amara —. Nos vemos —se despidió —. Nos vemos pronto, Amara —la observó directamente a ella y hasta yo pude sentir la tensión entre ambos.

Pacto con el diablo. (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora