Capítulo 24. 💙

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"Tengo el derecho a

romperme las veces que

sean necesarias con tal de

que alguna de mis piezas

encuentre un lugar".

—Elena Poe.

Angel

No sé qué estaba pasando dentro de mi cabeza, si era por todo lo que sucedía a nuestro alrededor, por la noticia del accidente o es que simplemente me negaba a creer que Hunter tenía la culpa de lo acontecido, pero me negaba rotundamente a creerlo y no importaba que me lo estuviera diciendo él mismo.

—¿Qué dijiste? —pregunté trémula —. Repítelo —lo separé de mí para poder verlo a los ojos, sin embargo, no me quiso soltar de la cintura y sus dedos se asieron con fuerza a mi ropa.

—Todo esto es mi culpa, ellos venían a por mí y Callie...—se quedó callado —. ¿Dónde está Callie? —buscaba con la mirada de un lado al otro. De nuevo levantó la mirada, sus ojos cristalinos y rojos.

—Con todo, ¿te refieres a...? —tomé asiento a su lado.

—A todo, me refiero a todo —se deslizó más en la camilla y no me pasó desapercibido el quejido lastimero que brotó de su garganta. Se llevó la mano derecha a su costado izquierdo donde alcancé a ver una venda que rodeaba su estómago.

—¿Estás bien? —bajó la mirada a su mano.

—Esto no es nada, he estado en peores condiciones —exhaló y creo que hasta le dolía en demasía, ya que efectuó una mueca de suplicio que cubrió por completo su rostro —. ¿Dónde está Callie? —preguntó de nuevo.

—La chica de la entrada me dijo que la estaban curando.

—Pero no le pasó nada más, ¿cierto? —negué rápidamente.

—No, no le pasó nada más. Pero necesito que me digas qué pasó exactamente —puse una mano encima de la suya.

—Iban directamente a por mí y creo saber quién fue el responsable. Te juro por mi vida, que no quería que nada de esto hubiera pasado, que Callie saliera herida...

—Tú no tienes la culpa de nada —lo miraba a los ojos, esperando que mis palabras fueran suficientes para calmar la culpa que llevaba encima —. No te culpes por esto.

—Pero es mi culpa y si algo le...—puse un dedo sobre sus labios siseando al mismo tiempo.

—No lo digas, por favor —asintió —. Gracias a Dios los dos están bien y eso es lo que importa, ¿Sí? Nada más eso —apreté su mano entre las mías y las subí a mi mejilla para sentir su toque.

—Perdóname, por favor perdóname —suplicaba como si su vida dependiera de ello.

—No tengo nada que perdonarte porque tú no hiciste nada —quería aminorar el gran remordimiento que llevaba encima, sin embargo, no podía hacerlo. Hunter no iba a estar en paz hasta que viera a Callie y él mismo se diera cuenta de que ella se encontraba bien.

Lo abracé con mucho cuidado de no lastimarlo, ya que no se veía muy bien que digamos. Correspondió a mi abrazo, rodeando mi cintura con sus manos y apretando delicadamente.

—Estás bien, es lo que importa —murmuré dejando un beso en su frente.

—Estoy bien porque estás aquí conmigo —se acurrucó en mis brazos y soltó un largo y sonoro suspiro cargado de pena.

Pacto con el diablo. (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora