Capítulo 17. 💙

32.4K 2.6K 1.3K
                                    

"Que el cielo exista, aunque nuestro hogar

sea el infierno".

—Jorge Luis Borges.

Angel

No dejaba de pensar en lo que dijo mi tía Marie y lo sentía cómo si hablar de ella fuera de mala suerte, así lo veía desde que era pequeña cuando ella se fue y nos dejó a Callie y a mí. Entendía que su vida no era buena, entendía que tenía que trabajar para ayudar en la casa, sé que no tenía todo lo que quería, sin embargo, lo que no entendía es por qué nos dejó, porque no nos llevó con ella. Nunca le iba a perdonar habernos abandonado y dejado a nuestra suerte, nunca preguntó cómo estábamos si es que vivíamos todavía, nunca llamó para saber que no habíamos muerto de hambre, que nos encontrábamos bien a pesar de todo.

Alejé todos esos pensamientos de mi cabeza, no valía la pena hablar de ella, tenía que disfrutar esto que estaba pasando ahora mismo que era muy bueno, por cierto. Callie estaba feliz, sonreía y estaba contenta por estar aquí. Al fin tuvimos un día para nosotras, le prometí que lo haríamos, pero por una cosa o por otra lo fui posponiendo, pero ahora no había nada que pudiera impedir que pasáramos un buen día las tres juntas.

—Callie se ve muy bien —dijo Amara a mi lado. Mi pequeña hermana iba adelante de nosotras, miraba las vitrinas de los locales de ropa y de vez en cuando se metía en alguno de ellos para comprar algo o solo para mirar —. Se nota que es feliz, muy feliz —comentó con una sonrisa en los labios.

—Y lo es. Me alegra haber tomado esta decisión —suspiré.

—¿Ya me vas a decir que pasó anoche? Necesito los sucios detalles —me dio un codazo en las costillas.

—No hay sucios detalles —hizo un puchero, quejándose porque no pasó nada de lo que ella quería —. Fuimos a comer tacos, miramos el paisaje en Kenmore Air y cuando regresamos a casa nos empapamos por la lluvia. Me llevó a su habitación y me prestó ropa. Y nos besamos —terminé encogiéndome de hombros.

—¿Qué? —Amara se detuvo frente a mí, nos tuvimos que hacer a un lado porque obstruimos el paso de los demás transeúntes —. ¿En serio? —asentí mordiendo la esquina de mi labio inferior.

—¿Por qué iba a mentir? —de nuevo seguimos caminando —. Pero...

—Siempre hay un, pero —Amara se enganchó de mi brazo y levantó un dedo.

—Me dijo que nada cambia entre él y yo. Y no entiendo por qué —mi voz se convirtió en un hilo —. Sé que le gusto, Mara —dije desesperada —. Lo veo en sus ojos, lo sé, lo siento —me llevé una mano al pecho —. ¿Por qué es así? No entiendo —exhalé, melancólica.

—Tiene miedo —no perdía de vista a Callie que agitaba la mano para decir que iba a entrar a un restaurante.

—¿De qué podría tener miedo un hombre cómo Hunter? —inquirí.

—Quizá tiene miedo de amar —se encogió de hombros —. O de hacerte daño. Yo creo que es eso, que te pueda llegar a lastimar. Sabes perfectamente como es su vida.

—¿Hacerme daño? —fruncí el ceño y arrugué la nariz.

A veces no entendía a mi amiga o ella no se explicaba bien.

—Hay hombres que saben lo que son y temen lastimar a las personas que les importan, por eso Hunter lleva un letrero de advertencia, Angel, eres muy inteligente para ver las señales.

—Lo sé —lo peor era eso, que lo sabía y aun así lo ignoré porque Hunter me gustaba, era atractivo y peligroso, la combinación perfecta para romper mi pobre y frágil corazón.

Pacto con el diablo. (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora