Capítulo 37. 💙

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"Ella tiene tanto paraíso en su alma

que mis demonios han muerto".

—Ron Lorent.

Hunter

El día del evento había llegado, una cena importante para recaudar dinero. El boleto por persona en sí era costoso solo para ver a alguien que ni conocías y que quizá no ibas a ver de nuevo en toda tu vida, pero valía la pena asistir a este tipo de reuniones. Así que puse mi mejor cara y fingí que quería estar aquí, no es que no quisiera estar, ahora más que nunca quería ir solo porque Angel se encontraba a mi lado.

¡Hola! —el pequeño rostro de Callie apareció en la pantalla, a su lado estaba Marie quien levantaba la mano saludando —. ¿Cómo están? —Angel se encontraba a mi lado, se había duchado y ahora se secaba el cabello con una toalla.

—Bien —respondió ella —. ¿Cómo están ustedes? —Callie exhaló sonoramente.

Bien, Marie me cuida mucho y me da bien de comer —entornó los ojos. Creo que eso se lo decía a Angel.

—Lo siento —se disculpó Callie levantando las manos.

Ustedes, ¿cómo están? —preguntó Marie —. ¿Todo bien?

—Todo bien, Marie. Nada más que pase la recuperación de Serena vamos a regresar a casa —no debí mencionar a Serena, pero era imposible no hacerlo, ya que por ella estábamos tan lejos de casa.

Solo espero que se recupere para que se vaya y nos deje en paz —Marie detestaba a Serena y era entendible, le hizo mucho daño a Callie y Angel cuando se fue y las dejó, abandonando a su hermano, al que la causó mucho daño. Jamás le iba a perdonar lo que hizo.

No hablemos de eso —pidió Callie —. Hoy es la cena y quiero muchas fotos —levantó el dedo —. Quiero ver cómo se les queda la ropa y todo eso —sonrió de oreja a oreja.

—¿No quieres otra cosa? —preguntó Angel en tono divertido.

Sí, recuerdos si se puede —sonrió de oreja a oreja.

—Bicha —resopló Angel.

Bueno, los dejamos hacer sus cosas, Marie me va a ayudar a hacer un pastel, ¿verdad que sí, Marie? —usó esa mirada a la que no le podía decir que no.

Sí, mi niña —Callie sonrió feliz.

¡Adiós! —se despidieron con la mano.

—Adiós —dijimos Angel y yo.

—Callie es un amor —le dije a Angel que estaba a mi lado.

—Cuando quiere y con quien quiere —se puso de pie.

—Bueno, con nosotros siempre lo es —caminó hacia la cama.

—De eso no tengas dudas —me puse de pie y cogí el móvil para llamar a Maykel, pero este no me respondía —. ¿No te responde? —negué.

—Es raro que no responda.

—Tal vez está ocupado —esperaba que fuera así y no que haya ido a buscar a ese pedazo de imbécil, porque si le ponía un solo dedo encima lo iba a matar con mis manos, dejando de lado el juramento que hice de nunca matar a nadie más.

—Sí, tal vez sea eso —dejé el móvil encima de la mesa.

Fui hacia ella que miraba el vestido una y otra vez, ya tenía los zapatos fuera, hasta la ropa interior que iba a usar, aunque esta eran nada más las bragas. Unas sexis bragas de encaje rojo.

Pacto con el diablo. (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora