Capítulo 34. 💙

31.6K 1.9K 1.2K
                                    

"Los ángeles no existen"

Afirmaba antes de conocerte."

—Andrés Ixtepan.

Hunter

Al abrir los ojos me encontré con el dulce rostro de un ángel, dormía a mi lado plácidamente. Su cabello negro estaba desparramado en las almohadas, su cuerpo estaba cerca de mío, su boca peligrosamente a centímetros de mis labios.

Dejé un beso en su mejilla y se removió un poco. Me puse de pie y entré al baño para darme una ducha, hoy sería un largo día, teníamos que ir al hospital a la revisión de Serena, después llevaría a Angel a pasear y comprarle todo lo que ella me pidiera. Cómo le dije haría de ella una mujer mimada, a la que le daría todo lo que se merecía, lo más caro de este mundo.

Al salir del baño Angel se estaba despertando, al verme entrar solo con una toalla alrededor de la cintura se quedó mirando un poco más de lo debido.

—Buenos días —sus mejillas se tiñeron de rojo. Apartó su cabello y este quedó detrás de sus hombros.

—Buenos días —le sonreí y me acerqué a la maleta para sacar una muda de ropa.

—¿Cómo dormiste, Angel?

—Bien —respondió. Le daba la espalda, aunque sentía su mirada clavada en mi nuca.

—¿Solo bien? —alcé una ceja. Cerré la maleta y caminé hacia la cama dejando la ropa en los pies y pasando a su lado para sentarme —. Dime —cogí su mano y dejé un beso en sus nudillos.

—Dormí excelente, estabas a mi lado —sonreí —. Además, ese orgasmo me dejó agotada y sensible.

—Lo sé, preciosa, prometo que habrá más de ellos —se mordió el labio y quise pasar mi lengua por estos, pero ahora no era el momento. Me contuve con dejar un beso en su mejilla.

—¿Qué haremos este día? —preguntó.

—Antes que nada, desayunar porque me muero de hambre. Vamos a acompañar a tu perversa madre a la clínica y después quiero mostrarte la ciudad.

—¿Cuándo vas a dejar de decirle mala madre? —se cruzó de brazos —. Un día te va a escuchar —me encogí de hombros.

—Podrán pasar mil años, pero para mí seguirá siendo una mala madre. Sé que quieres confiar en ella, pero yo no puedo hacerlo. Por más que me digo que tengo que confiar en ella, aunque sea un poco, no puedo olvidar lo que les hizo a ti y Callie.

—Yo tampoco puedo olvidarlo, por más que pasen los años. Sin embargo, quiero darle una oportunidad. ¿Crees que soy una tonta por eso? —fruncí el ceño.

—No, claro que no eres una tonta por darle una oportunidad a tu madre. Eso demuestra que tienes un gran corazón —me sonrió —. Y que eres una persona noble. No eres tonta —señalé.

—Voy a confiar en ti, eh —me señaló —. Así que no me digas mentiras.

—Jamás podría mentirte.

Se puso de pie y justo cuando lo hice detrás de ella para vestirme, su móvil empezó a timbrar. Lo cogió rápidamente y al ver la pantalla sus labios se desplegaron en una enorme sonrisa.

—¡Es Amara! —chilló y no dudó en responder. Se sentó en la orilla de la cama para hablar con su mejor amiga.

Me vestí y arreglé el cabello, Angel seguía hablando con Amara, así que aproveché para ir a la habitación de Serena y aclarar algunos puntos con ella. Salí de la habitación mientras Angel le narraba a su mejor amiga todo lo que había pasado estos días. Tenían mucho de qué hablar.

Pacto con el diablo. (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora