Capítulo 51. 💙

12.6K 1K 209
                                    

"No sé qué será de nosotros.

Necesitamos muchísima suerte.

Y últimamente la mía ha sido muy mala".

—Charles Bukowski.

Angel

Nos bajaron de la camioneta a punta de pistola. Tardé en reaccionar y para cuando eso pasó ya estaba fuera del vehículo, siendo empujada hacia otra camioneta negra. Todo estaba pasando en cámara lenta, alcancé a ver a las personas que se detenían a ver lo que sucedía pasando con miedo, otros no se detenían a ver, pasaban de largo para evitar problemas. Vi a Serena siendo empujada también, cuando estuve dentro lo primero que hicieron fue cubrirnos la cabeza con bolsas de tela.

—No nos hagan daño —les pedí con la cabeza cubierta —. Por favor —empecé a sollozar.

—Eso no depende de nosotros —dijo uno de los hombres a mi lado.

Fue lo único que dijo por qué después de eso apenas pude entender qué estaba pasando. Solo podía escuchar mis sollozos, las ruedas de la camioneta y el motor del auto. Serena lloraba, yo lloraba, lo que alcanzaba a ver estaba distorsionado. Todos llevaban los rostros cubiertos con pasamontañas, así que si los conocía no lo podía saber.

No sé cuánto tiempo pasó desde que nos sacaron de la camioneta hasta que nos detuvimos, las puertas se abrieron, alguien tiró de mi brazo para sacarme del vehículo, enredando sus dedos en mi brazo y me empujó para ir a quien sabe dónde. Al no saber por dónde iba temía caer al suelo, no quería cometer un error y provocar a uno de estos hombres para que nos hiciera daño.

Nos detuvimos un par de segundos y escuché una puerta siendo abierta, tropecé con algo, sin embargo, no me caí porque el mismo sujeto que me tenía agarrada no lo permitió. Seguimos caminando por lo que supongo era un pasillo porque me estrellé varias veces contra la pared. Olía a humedad, a viejo, como si nadie se hubiera encargado de este lugar. Sentí que este camino era infinito, que no íbamos a llegar nunca. Choqué contra una pared de nuevo y alguien me empujó dentro de una habitación. Nos detuvimos un momento.

—Espera —dijo el hombre que me tenía agarrada del brazo. Me amarraron los pies y las manos —. Lo siento, pero tengo que hacerlo.

¿Hacer qué?

Iba a preguntar, pero levantaron la bolsa de tela y me cubrieron la boca para bajar la bolsa de nuevo, me hicieron sentarme en lo que parecía ser un colchón. Con mis dedos tanteé lo que había debajo de mí y era un colchón. Seguía con la cabeza cubierta y dudaba mucho que por ahora me dejaran ver donde estábamos. Escuché pasos en la habitación y algunas voces, pero después de eso nada. Todo estaba oscuro, no había ruido, no sé si había alguien conmigo, si mi madre estaba aquí.

Hunter, tienes que venir por mí.

Quiero regresar a tu lado.

Sin poder evitarlo empecé a llorar de nuevo, pero esta vez sentía que el pecho me quemaba, los ojos me escocían y las lágrimas rodaban por mis mejillas con dolor y rabia. Sentía tanto coraje por lo que estaba pasando, nunca debimos pasar por esta basura, nunca quise que las cosas terminaran así entre Hunter y yo. Nos dijimos cosas horribles, estaba molesta con él, triste, con sentimientos encontrados que no podía definir bien lo que eran.

Ahora solo pensaba en salir de aquí, regresar con Callie y olvidarme de todo lo malo que estaba pasando, sin embargo, esta era una tortura que apenas estaba empezando.

Hunter

—¿Qué? —fue lo único que le pude preguntar. Blake soltó un suspiro agotador y se pellizcó los lagrimales —. ¿Por qué querrías ayudarme? Me odias.

Pacto con el diablo. (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora