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Capítulo veinticinco: Comienzo.

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El silencio reinaba. Los hombres de Key o como en algún momento se hicieron llamar; EXO, estaban cada uno en diferentes lugares incluyendo a los antiguos miembros de dicha unidad.

Baekhyun y Kai aún no entendían del todo que sucedía, pensaban que era un espejismo, que quizás en realidad habían sido baleados hasta la muerte y que esto no era más que un sueño, pero no, estaban aquí, frente a ellos y uno de ellos, Chanyeol, curaba a Baek quien aún no podía levantarse de aquella roca. Tenía dos heridas de bala, una en el brazo y otra en la pantorrilla. Chanyeol sacó con éxito la bala de la pantorrilla sin que Baek le dirigiera la mirada. Chanyeol solo siguió curando y recordando cómo en incontables ocasiones le curó más de una herida.

Tocó el turno de la bala del brazo lo que hizo que Chanyeol se acercara más a él. Lo miró, recordó todo y le sacó la mirada de encima.

— ¡Mierda! — se quejó el mayor cuando por fin salió la bala incrustada en su brazo.

Chanyeol por primera vez en mucho tiempo escucho su voz, después de años. Estaba a punto de decir algo, seguramente una estupidez, jamás tuvo que ser muy elocuente con Baekhyun en el pasado ya que ambos solían jugar y decir tonterías a cada momento.

— ¿Cuánto más debemos esperar? — preguntó Mark rompiendo el silencio abrumador que había caído sobre los hombres de EXO y SuperM.

— Hay que esperar — dijo Ten sentado en el borde de la furgoneta. Intentó moverse pero un dolor intenso en el estómago lo detuvo— aish..

— ¿Estas bien? — el sonido llamó la atención de Taeyong quien se encontraba afilando una navaja que siempre llevaba con él pero que jamás había utilizado.

— Si, solo han pasado unas cuantas horas desde que me hicieron esto, no debería estar en pie.

TY se levantó rápidamente—. Te sacaré de aquí. — dijo decidido.

— ¿Que? ¿Y a dónde pretendes llevarme? — lo miró—. No me puedo ir Tae, no ahora.

— ¿Por qué sigues pensando que te lo estoy preguntando?

Ten lo miró sin poder decir nada dado que las palabras simplemente no salieron por la sorpresa a las palabras del mayor.

(..)

En medio del desierto. Dos líderes. Dos hermanos. Taemin y Key retornaron al pasado pero con un presente más que vivo.

— Al parecer te adelantaste. Fuiste el primero en crear tu propia unidad. — Taemin estaba con ambas manos en sus bolsillos.

— No tenía nada que me lo impidiera. Al contrario tuyo. — le respondió sereno mientras contemplaba el desierto.

— El destino de alguna manera nos quiso unir. — lo miró fijo— ¿qué haces aquí?

Key sonrió ladino y miró por primera vez a su viejo amigo—. Creo que tú lo sabes.

— No, no lo sé. — le respondió estoico.

— Lo sé todo, Taemin. Era cosa de tiempo antes de que tú y Minho se enfrascaran en la más absurda de las batallas.

— ¿Absurda? — sus ojos no titubeaban.

— El trono. — respondió—. Tranquilo, yo se que jamás ha sido tu objetivo, eres más ambicioso que eso.

Taemin se sintió como un libro abierto. Después de todo se crió con él.

Los Siete (SuperMafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora