Los Siete (SuperMafia)

7.

Capítulo siete: Revelaciones.

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Ya había pasado un mes desde que se marcharon del país natal de cuatro de ellos y llegaron al país natal de uno de ellos, aunque este último no estuviera muy feliz.

Tenían un nuevo hogar, un galpón que aunque por fuera parecía demacrado y abandonado, era un fuerte bastante equipado para todos los requerimientos que este grupo demandaba. Cada uno tenía su habitación, habían creado su propia sala de tiros, una cocina, y un salón donde todos podían compartir. Chittaphon y Mark se habían encargado de equipar la casa a tal punto de hablarle y que ésta respondiera.

— ¡Inténtalo de nuevo! — le dijo él menor sin poder contener su emoción.

— Blue, enciende todos los artefactos de la habitación cinco a su máxima capacidad — habló el tailandés hacia un aparato que tenía en sus manos.

— Entendido. — sonó la voz de una mujer.

A continuación toda aquella habitación fue inundada por diferentes sonidos; música fuerte, la luz que casi quemaba, incluso la alarma contra incendio.

— ¡Ahhhhhh! ¡malnacidos dejen ya de jugar! — gritó Baekhyun quien intentaba dormir en su dormitorio.

Los dos menores explotaron en risas.

— Ustedes dos, ya dejen de jugar y vayan a revisar si Kai y Lucas ya vienen. — demandó el líder quien estaba en un sofá negro que solo le pertenecía a él, mientras analizaba ciertos documentos.

— Si, hyung — ambos respondieron al unísono.

Ambos salieron de ahí subiéndose a una estructura que ellos mismo habían construidos, había creado su propio parque de diversiones para poder transitar por toda la casa sin restricciones.

— ¿Qué hora es? — preguntó Taeyong quien acababa de levantarse.

— Las 9 AM — dijo el líder aún con sus ojos puestos en sus cosas.

— Ayer fue un día de locos — dijo bostezando.

— ¿Revisaste tu cuenta? está todo ahí, ayer no pude avisarte ya que llegaste y caíste rendido. — le dijo Taemin.

— Si, si, confió en que esté ahí, Taemin. ¿desayunaste? — preguntó Taeyong dirigiéndose a la cocina.

— Si, tú come algo, no es normal que tengas tantos hematomas. — dijo viéndole la espalda descubierta y parte de las costillas con varios lugares golpeados.

— Estoy bien, hyung — dijo tomando una taza de café.

— ¡Malnacidos! — se escuchó una melodiosa voz maldecir mientras se echaba una puerta abierta y cerrar.

— Ya llegaron, ¿cómo les fue? — preguntó el líder ahora si dejando todo de lado.

— No hay registros, estas personas legalmente no existen. — dijo el moreno dejando caer su abrigo en una silla.

— ¿Eso qué significa? — preguntó el líder.

— Eso significa que no hay que buscarlos bajo el alero legal.. — dijo el moreno. — aquí es donde entra Chittaphon.

— Entiendo, quedas a cargo Kai.

— Entendido. — dijo recibiendo una taza de café que TY le había pasado.

Cayendo casi del cielo aparecieron los dos mejores quienes traían noticias.

— Hay gente merodeando por aquí cerca — dijo Mark.