Los Siete (SuperMafia)

32.

Capítulo treinta y dos: Tres hermanos, tres marcas.

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— ¡Llevamos horas aquí! — se quejó.

— Nadie te invitó — le reclamó.

— Te recuerdo que pensé que todos se estaban yéndo...

— ¡De igual forma, no debiste venir! — le gritó.

Lay lo miro algo desconcertado. Chanyeol no solía comportarse así.

— ¡Hey amigo!, tranquilo, ¿si? — miró a ambos. A Ten, quien llevaba horas mirando por el lente de su francotirador sin mover ni un nervio y a Chanyeol quien parecía un león enjaulado—. ¿Ya me dirás a quienes tienen? Estoy casi seguro que vi a algunos..

— Se llevaron a Taeyong — el menor se alejó del lente—. A Taeyong y a... Baekhyun hyung

Lay pareció entenderlo todo en segundos. Miró a Chanyeol con algo de tristeza y preocupación.

— Bueno y a más.. — añadió Chanyeol—. Kyungsoo no estaba cuando me levante.. Tampoco Taemin hyung ni Key hyung..

Lay desordenó sus cabellos por frustración.

— ¡Hombre, pero que fastidio! — pateo una piedra del suelo—. No puedo creer que llegamos aquí para ayudarlos y estamos hasta el cuello con problemas.

Ten levantó su vista y lo miro—. Nadie los invito.. de igual forma aún sigo sin entender cómo fue que nos encontraron así sin más... — volvió a su lente.

— ¿Encontrarlos? No no, no los encontramos por obra de magia, fue Kai quien nos contactó.

Chanyeol se puso tenso mientras vio cómo Ten levantaba lentamente su vista del lente.

— ¿Cómo? Kai hyung los...

— ¿Podríamos enfocarnos porfavor? — irrumpió Chanyeol para desviar la atención de aquella conversación—. Ya deberías haber encontrado algo, algún movimiento, quizás Taeyong esté ahí.

Taeyong.

Tan solo ese nombre nublaba la mente del tailandés haciéndolo olvidar todo.

— Y bueno bueno, ¿cual es el maldito plan? — volvió a preguntar el Chino.

— Este.

Ten, ya había encontrado su blanco y había disparado..

Sin titubear.

(..)

Seis horas después.

— Lee Taeyong.

Su cabeza estaba cabizbaja. Reconoció esa voz al instante y con ella varios recuerdos aparecieron. No quería ver el rostro, sabia a que venía todo y no quería volver al pasado, pero lo tenía en frente y no tenía salida. Estaba marcado. Este era su destino después de todo.

— La oveja descarriada. — continuó acercándose a él—. ¿Sabes? Podría matarte ahora mismo.. — Minho terminó por decirle.

~ Hazlo, por favor hazlo, mátame. Mátame aquí y ahora. ~ la voz interna de Taeyong se lo suplicaba.

— Pero no lo haré.

Taeyong agudizó sus sentidos y lo maldijo en todos los idiomas posibles si tan solo los supiera.

— Eres una pieza importante para mi plan. Tu Taeyong, serás quien me dará la victoria de una vez por todas.

~ Eso jamás, jamás haré lo que me pidas, antes muerto. ~